jueves, 28 de diciembre de 2023

Matutino deshojado

¡Buenos días!

No es broma. Es invierno. El otoño ya pasó. Apenas quedan hojas ya desparramadas por el suelo. No nos lamentemos, ya volverán cuando toque, así que a disfrutar de esta casi heladora madrugada (1ºC) que se nos despierta ahora por los madriles, soleada, pero con cierta turbiedad, entre neblinosa y nubosa. La máxima prevista para hoy será de 10ºC. Así que con esta apabullante estabilidad meteorológica, que llevamos teniendo en estos últimos días, no hay incertidumbre alguna que nos haga necesitar que deshojemos margaritas.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Fallen leaves" ("Kuolleet Lehdet", 2023), de Aki Kaurismäki, y con Alma Pöysti, Jussi Vatanen, Janne Hyytiäinen y Nuppu Koivu. De este veterano y muy peculiar director finlandés había visto anteriormente los cuatro más recientes de sus muchos largos: "El otro lado de la esperanza" ("Toivon tuolla puolen", 2017), "El Havre" ("Le Havre", 2011), "Luces al atardecer" ("Laitukaupungin valot", 2006) y "Un hombre sin pasado" ("Mies vailla menneisyyttä", 2002).

Una mujer, soltera y taciturna, trabaja con un contrato basura como reponedora de un hipermercado y es despedida al ser descubierta dando comida ya caducada a un indigente y que se iba a tirar al contenedor de reciclaje de cualquier modo. Un hombre, soltero y taciturno, trabaja en una empresa de metalurgia y es despedido al ser descubierto bebiendo alcohol en horas de trabajo (es alcohólico). Al poco, ambos, acompañados por sus respectivos amiga y amigo, coinciden por casualidad en un karaoke y se gustan de inmediato, pero nada se dicen. Otro día, vuelven a coincidir los dos en otro lugar, esta vez solos, deciden ir al cine, y al salir ella le da su número de teléfono anotado en un papel, pero él lo pierde enseguida y no puede volver a ponerse en contacto con ella, pues nada más sabe, ni siquiera su nombre (ni ella de él).

Buena película (nota: 6), esta bonita, tierna y muy particular historia de amor de dos almas solitarias que me fue gustando más conforme avanzaba, pues se me fue entonando poco a poco el ánimo en medio de la gélida puesta en escena, marca de la casa Kaurismäki, de hieráticos y ensimismados personajes, lacónicos, gracias sobre todo a ellos, entrañables y encantadores a su manera, a sus sutiles miradas, y a su muy peculiar sentido del humor, seco y cortante como el viento boreal, trufado de sorna, muchísima sorna, con el que reí, más bien sonreí, y en cuyo trasfondo subyace una tremenda crítica social, pues además de que de cuando en cuando los protagonistas escuchan por la radio terribles noticias sobre la guerra de Ucrania (se oyen más palabras aquí que en sus parquísimos diálogos), dado que ambos son casi, y sin casi, unos parias del primer mundo, nos habla también, de refilón, de miseria social, de desheredados, en estos chaplinianos e intemporales "Tiempos modernos" ("Modern times", 1936), en este mundo opulento occidental (en apariencia y no para todos) en que nos toca vivir, y del que son desechados, cual mortecinas hojas otoñales por los árboles.

Ahora, quiero, no quiero... sí quiero dejaros aquí caídas estas citas de sabiduría ajena que pasaron casualmente por mi lado:

 - "No perdáis el tiempo ni en llorar el pasado ni en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos. Las alegrías son como las flores que la lluvia mancha y el viento deshoja".  (Remy de Gourmont).

 - "Así como el árbol se fertiliza con sus hojas secas que caen, y crece por sus propios medios, el hombre se engrandece con todas sus esperanzas destruidas y con todos sus cariños deshechos".  (Frederick William Robertson).

 - "Deberíamos vivir tantas veces como los árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar".  (José Luis Sampedro).

Besos y abrazos,

Don.

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