jueves, 14 de julio de 2022

Matutina revolución

¡Buenos días!

Girando, girando, sobre sí mismos, o alrededor de mí, lo que viene a ser casi lo mismo, estos matutinos acaban por ir cambiando poco a poco, casi inadvertidamente, una y otra vez, vuelta a vuelta, sin dar lugar a que me desmaye por el mareo de los nada vertiginosos cambios, porque no lo son. Pues el verano ha entrado en una infernal espiral que no sabemos cuando parará, con sofocantísimo calor de máximas sobrepasando sin el más mínimo pudor la cuarentena, y unas bochornosas mínimas que impiden hasta al más tronco llegar a conciliar adecuadamente el sueño. Esta madrugada nos despertamos junto con el sol queriendo asomar por el horizonte con unos ya casi abrasadores 27ºC, que no cesarán de subir hasta los bulliciosos 41ºC de máxima prevista para hoy por los madriles, que nos tendrán a borbotones por dentro y fuera de nuestro recocido ser, además torrado por el inclemente solazo de plomo fundido.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Mali twist" ("Twist à Bamako", 2021), de Robert Guédiguian, y con Stéphane Bak y Alice Da Luz. Es el quinto largo que veo de la larga filmografía de este director francés, tras "Gloria mundi" ("(Sic transit) Gloria mundi", 2019), "La casa junto al mar" ("La villa", 2017), "Las nieves del Kilimanjaro" ("Les neiges du Kilimandjaro", 2011), y "Marie Jo y sus dos amores" ("Marie-Jo et ses deux amours", 2002).

Año 1962 en Bamako, la capital de Malí, que hace algo más de un año ha conseguido su independencia de Francia, mientras los jóvenes de la ciudad bailan rock and roll y twist y sueñan con una renovación político-social. Un joven idealista, miembro del partido socialista que gobierna el país, en una de sus misiones adoctrinadoras en las aldeas campestres de anquilosadas tradiciones, conoce en una de ellas a una decidida joven, obligada a casarse contra su voluntad, y que se escapa en su furgoneta inadvertidamente. La ayuda, se enamoran y sueñan con un futuro mejor juntos, mientras el marido la persigue para que vuelva al redil y las desilusiones tras la revolución que no cumple lo que prometía van calando cada vez más entre los anteriormente ilusionados.

Película de buenas intenciones pero que no me acabó de convencer (nota: 5). Podría definirse como un drama romántico sobre un amor imposible abocado a la fatalidad en un entorno de ideológicos debates y de turbulencias sociopolíticas y haciendo frente a arcaicas tradiciones y encorsetadas ideologías que impiden el libre albedrío (en la vida y en el baile). A ratos me gustaba mucho y en otros no tanto. Más me atrapó en su parte amorosa que en los momentos de entusiasta idealismo un tanto ingenuo (cosas de la juventud). Además, algunos de sus actores (secundarios) me parecieron no profesionales y de poco lucida actuación. Al final deja cierto poso de crítica a las nefastas consecuencias de la colonización a la par que también a las aberraciones a las que se pueden llegar desde buenos y justos ideales de bien común, retorcidos, pervertidos por las ansias de poder. Aviso a navegantes.

Y en un nada dramático giro de los acontecimientos matutinos, parece que hemos llegado con la habitual naturalidad a la sección de sabiduría ajena:

 - "Los filósofos solo han interpretado el mundo, pero lo importante es cambiarlo".  (Karl Marx).

 - "Toda reflexión que transporta al hombre fuera del círculo estrecho de su egoísmo, es saludable y buena para el alma, cualquiera que sea el giro que tome esa reflexión". (Ernest Renan).

 - "Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, date tres vueltas por tu propia casa".  (Proverbio chino).

 - "Queríamos cambiar el mundo, pero el mundo nos ha cambiado a nosotros".  (Ettore Scola).

Besos y abrazos,

Don.

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