jueves, 12 de diciembre de 2019

Así se van los gloriosos matutinos

¡Buenos días!

¡Qué lo oiga todo el mundo!, en la gloria me encuentro el breve momento que paso cada mañana con los matutinos que, por efímero que pueda parecer, tanto me colma. Ya volveré cuando vuelva a tocar. Pero eso será tras la cariñosa y besucona despedida, que todavía queda un ratito para irme. De momento, la mañana se nos ha levantado muy gris, y casi seguro que llueve... esta tarde lo hará, según las previsiones, con máxima de 10ºC. Así que disfrutemos de este glorioso otoño que traspasa nuestro ser, antes de que se marche.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Gloria mundi" ("(Sic transit) Gloria mundi"), de Robert Guédiguian, y con Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin, Lola Naymark, y Grégoire Leprince-Ringuet. Es el cuarto largo que veo de la larga filmografía de este director francés, tras "La casa junto al mar" ("La villa", 2017), "Las nieves del Kilimanjaro" ("Les neiges du Kilimandjaro", 2011), y "Marie Jo y sus dos amores" ("Marie-Jo et ses deux amours", 2002).

Una pareja, ella casada en segundas nupcias, celebran que una de sus dos hijas les ha hecho abuelos con el nacimiento de Gloria. Comunican la noticia al abuelo biológico de la criatura, que lleva casi 20 años en la cárcel, de la que sale pocas semanas después una vez cumplida su condena y acude a conocer a su nieta. Toda la familia son humildes trabajadores que luchan por salir adelante día a día, pero la mala suerte se ceba con ellos rompiéndose su precario equilibrio económico, y como consecuencia tambaleándose el afectivo.

Película interesante (nota: 5), con sus más y sus menos, pero que no me acabó de llegar del todo. Drama familiar que critica nuestra actual manera de vivir y que, como en el resto de las películas de su director, denuncia las miserias del capitalismo, cada vez más globalizado y que arrasa con todo, con sus trabajos basura y sueldos insuficientes, modernas esclavitudes que terminan por afectar a las relaciones familiares, haciendo a todos individualistas, egoístas, insolidarios, cebándose estos males especialmente con los menos favorecidos, siempre al filo del desamparo social.

Ahora toca glorificar la sabiduría ajena con este par de citas, que espero no pasen fugazmente por nuestras entendederas:

 - "La fortuna, el éxito, la gloria, el poder pueden aumentar la felicidad, pero no darla. Sólo el cariño da la dicha".  (Benjamín Disraeli).

 - "Las cosas bellas son perecederas y los bellos tiempos son efímeros".  (Jaime Balmes).

Sic transit gloria mundi.
(Traducción del latinajo: Así pasa la gloria del mundo).

Besos y abrazos,

Don.
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