lunes, 6 de diciembre de 2021

Matutino que deja un hueco al amor

¡Buenos días!

Pues sí, y creo que tan grande como ese campo al que no se le pueden poner puertas... y aunque no lo fuera, entraría osmóticamente por cualquier poro y se expandiría rápidamente por todo el espacio disponible de mis adentros, por infinito que fuera. Y el otoño meteorológico vuelve a hacerse un sitio en este otoño de calendario a punto de terminar, en esta mañana nubosa, gris, en la que sin embargo no está pronosticada lluvia, que será cosa de mañana y días sucesivos, de relativamente tibia madrugada y 13ºC de máxima prevista por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El amor en su lugar" ("Love gets a room", 2021), de Rodrigo Cortés, y con Clara Rugaard, Ferdia Walsh-Peelo, Mark Ryder, Valentina Bellè, Jack Roth, Freya Parks, Dalit Streett Tejeda, Anastasia Hille, Magnus Krepper, y Henry Goodman. Es el quinto largo de este brillante director que me entusiasma, por lo que habla, escribe y rueda, de quien había visto sus cuatro anteriores, "Blackwood" ("Down a dark hall", 2018), "Luces rojas" ("Red lights", 2012), "Buried (Enterrado)" ("Buried", 2010), y "Concursante" (2007). Y su corto "15 días" (2000).

Enero de 1942. Unos 400.000 judíos de toda Polonia llevan más de un año confinados por los nazis en el gueto de Varsovia, tratando de sobrevivir día a día, siempre al filo de la muerte a causa del hambre y las epidemias. Allí, un grupo de actores va a interpretar una comedia musical en un teatro. Tras levantarse el telón el público ríe y se emociona con la historia de amor representada, y olvida por un rato su infame situación. Entre bambalinas los actores se enfrentan a un dilema en el que se jugarán la vida en el intento de fuga que planean algunos tras caer el telón.

Espléndida película que os recomiendo (nota: 8), por fondo y maneras, virtuosa técnicamente y cuya historia nos habla de amor que florece y no se agosta en los eriales del horror, de dilemas amorosos y vitales, y de reivindicación del arte como parte esencial de la vida de las gentes, y de ayuda para la supervivencia en tiempos difíciles (alimento para el alma). La acción transcurre en tiempo real, en el mismo que dura la película y casi en el mismo que dura la función teatral, con un ritmo intenso que no desfallece, engarzando habilísimamente la ficción escénica (de luminosa fotografía) con la realidad que ocurre entre bambalinas y en la platea (de oscura y turbia fotografía), en el que ambas corren paralelas y se entremezclan, todo junto y a la vez, como en un juego de espejos en el que se diría que la imagen real y su reflejo carecen de cristal que los separe. Salvo su anterior película (que tampoco me desagradó), el resto, incluida esta que hoy gloso, me han encandilado. Chapó, Rodrigo.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que también tiene su lugar por estos lares:

 - "Horrible desgracia es amar sin ser amado, pero más horrible es aún ser amado cuando ya no se ama".  (Benjamin Constant de Rebecque).

 - "Es tan dulce ser amado, que nos contentamos incluso con la apariencia".  (C. Alfred d'Houdetot).

 - "Si quieres ser amado, ama tú".  (Séneca).

 - "Amar y ser amado es sentir el sol por ambos lados".  (David Viscott).

Besos y abrazos,

Don.

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