jueves, 2 de diciembre de 2021

Pseudoabducción extramatutina

¡Buenos días!

Mi anímico ser huye de mí corpórea entidad cada mañana para unirse en comunión con el matutino que toca, el que levita girando sobre mi obnubilada cabeza, y juntos divagamos por aquí y por allí, de esto y de aquello, rotando sobre nuestros propios ejes... y ya mareado salgo despedido por la tangente, allende su centrípeta influencia, para volver a mi ser natural a seguir con mis cotidianas rutinas diarias, ya con los pies sobre la tierra, como si nada me hubiera pasado (de hecho nada me pasó, que todo fue producto de mi imaginación). Por lo demás, aunque nos acercamos al invierno de calendario, volvemos al otoño en que estábamos, tras los pasados fríos, pues las sensaciones térmicas se están atemperando por los madriles, con sol y 10ºC de máxima prevista para hoy.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Espíritu sagrado" (2021), de Chema García Ibarra, y con un montón de actores no profesionales, entre ellos, Nacho Fernández, Llum Arques, Joanna Valverde, y Rocío Ibáñez. Es el primer largo que veo de este director.

Hace días una niña desapareció misteriosamente en Elche. Su joven y atribulada madre acude con su otra hija, gemela de la anterior, a ser entrevistada por una televisión local. Mientras tanto, los miembros de una asociación ufológica levantina se reúnen en junta para tratar de sus espurios asuntos, en los que creen a pie juntillas. Al poco el presidente muere repentinamente o, ¡vaya usted a saber!, su alma se reúne en el cosmos con los celestiales extraterrestres a los que adoran, y según sus estatutos le sustituye el vicepresidente, tío de la niña desaparecida.

Película inclasificable (nota: 4), marciana, divertida a ratitos, con maneras de documental por mucho que cuente un desparrame de pseudociencia ficción, con mucha retranca y profunda carga de crítica social. Al principio, sus actores no profesionales, su lustre mal rematado con maneras de ramploncilla película casera, no sé si hecho adrede, y sus toneladas de frikismo y demás, me tiraron para atrás, pero hacia el final le pillé algo la onda, sintonicé su trasfondo, y le vi buenas maneras a pesar de todo. Historia sobre la estupidez congénita que nos invade (no desde platillos volantes precisamente), que creemos en casi cualquier bulo y en los más peregrinos mitos (ovnis, divinas apariciones y esoterismos varios, etc.), sin contrastar con las adecuadas fuentes, comulgando con ruedas de molino en aras de nuestra incierta tranquilidad... en fin, cada loco con su tema, que todos y cada uno de nosotros tenemos el nuestro, o los nuestros.

Pues ahora yo sigo con otro de los míos, la sabiduría ajena, sacrosanta creencia que tengo en que aumentará nuestro intelecto... ¡ya veremos si es así!:

 - "Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas en las cosas ordinarias".  (Elbert Hubbard).

 - "Me opongo a toda superstición, sea musulmana, cristiana, judía o budista".  (Bertrand Russell).

 - "El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida".  (Óscar Wilde).

Besos y abrazos,

Don.

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