miércoles, 9 de junio de 2021

¡Vamos, mis amados matutinos!

¡Buenos días!

¡Venga!, otro día más en el que seguir adelante a pesar de los eventuales pesares, gracias sobre todo al inmenso cariño que despliegan sobre mí estos matutinos, y viceversa. Y a pesar del pegajoso calor que ya empieza a hacer, y que irá a más, sobre todo en las mínimas, para que nos vayamos entrenando de cara al verano de calendario por venir, que ya le queda poco. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 34ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Gaza mon amour" (2020), de Tarzan y Arab Nasser, y con Salim Dau y Hiam Abbass. Es el segundo largo, y primero que veo, de estos dos directores y hermanos palestinos.

Gaza hoy en día. Un pescador sesentón, tímido y soltero, está secretamente enamorado de una mujer viuda que trabaja junto con su hija divorciada en una tienda que hace arreglos de costura cerca de su casa. Una noche de pesca recoge en sus redes una antigua estatua griega del dios Apolo (de enhiesto miembro). Sin saber muy bien qué hacer con este tesoro encontrado, decide esconderlo en su casa. Este hecho, a pesar de los innumerables trastornos que le ocasionará, le dará las necesarias fuerzas para intentar declararse.

Película que se deja ver (nota: 5), agradable, sencilla, sobre buena gente que busca el amor con independencia de lo que ocurra a su alrededor, por trágico, tragicómico o absurdo que sea. Retrato de la comunidad palestina que vive en ese encorsetado y minúsculo territorio siempre agobiado por todo y por todos, de su vida cotidiana, plena de situaciones un tanto disparatadas, aunque muy reales, a través de pequeñas historias que corren paralelas a las de los dos protagonistas que tratan de sacar adelante, como pueden, sorteando toda clase de obstáculos, físicos, geográficos, sociales y políticos, su amor maduro.

Teloneando a esta película se proyectó el corto "Yalla" (2020) de Carlo D'Ursi, que es el segundo de este director italiano, y también actor, afincado en España. Unos adolescentes juegan al fútbol en un descampado de la franja de Gaza, y disparando a puerta uno de ellos falla el tiro y la pelota se va detrás de un montículo de escombros. Sus compañeros le conminan para que vaya a recogerla y de mala gana accede. Buena película (nota: 6), en blanco y negro y 10 minutos de duración, este retrato de los horrores de la sorda guerra palestino-israelí, en la que apenas se pronuncia palabra. De hecho, la única que se oye en boca de todos ellos, en diferentes momentos y por diversas causas, es "yal-la", que en árabe viene a significar ¡vamos!, ¡venga!, ¡corre!...

Pues venga, vamos corriendo a por unas citas de sabiduría ajena, a las que tanto estimo:

 - "Y así vamos adelante, como botes contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado".  (Francis Scott Fitzgerald).

 - "Nos equivocamos a menudo en el amor, a menudo herido, a menudo infeliz, pero soy yo quien vivió, y no un ser ficticio, creado por mi orgullo".  (George Sand).

 - "Vení a dormir conmigo:
no haremos el amor, él nos hará".  (Julio Cortázar).

Besos y abrazos,

Don.

_____

No hay comentarios: