viernes, 3 de julio de 2020

Matutino de amor preñado

¡Buenos días!

Estos matutinos, de los que me considero padre, putativo, al menos en el sentido genético, de los genes, que no de los memes, en el que sí me considero progenitor con todas las de la ley, me tienen henchido, que no hinchado, de amor por todo lo que me rodea, pues cada vez que subo a sus altares mañaneros lo veo todo de color de rosa, quizá fluorescente, no sé si a causa de algún éxtasis, contemplativo, que no pastillero, que no sé si acabará en epifanía, aunque lo único que se me aparece esta mañana es el sonrosado sol saliendo por el horizonte, elevándose hasta su cenit, ya amarillo y deslumbrante, pero que hoy calentará algo menos que en días pasados (32ºC de máxima prevista para hoy por los madriles) y que en los siguientes, donde volveremos a coquetear con la cuarentena térmica.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Divino Amor" (2019), de Gabriel Mascaro, y con Dira Paes y Júlio Machado. Había visto uno de los anteriores largos de este director brasileño, "Vientos de agosto" ("Ventos de agosto", 2014).

Brasil, año 2027. La sociedad ha cambiado, y aunque el gobierno es todavía laico, la religión se inmiscuye en casi todo, además el carnaval deviene en catarsis colectiva de glorificación del amor (carnal y espiritual). Una mujer que trabaja como funcionaria del Registro Civil, tramitando divorcios, trata de convencer a todos los que se acercan a su ventanilla para que recapaciten sobre su ruptura, pues lo considera su misión en la vida y que Dios se lo acabará premiando. Pertenece a una congregación evangélica, de muy particulares rituales, que se llama "Divino Amor", que propugna el amor eterno entre la pareja y su misión procreadora. Acude regularmente a los encuentros entre feligreses junto a su marido, terapia de grupo donde tratan de fortalecer su unión, algo roída por el tiempo, y con dificultades debido a la frustración de sus anhelos reproductivos, pues todavía no han tenido hijos y se les está pasando el arroz de la fertilidad (rondan la cuarentena).

No me enamoró (nota: 5) esta distopía sobre la difusa frontera entre Iglesia y Estado, desarrollada en un futuro muy cercano que, con toques muy eróticos, parece criticar la obsesión por la maternidad, y principalmente el fenómeno religioso, de la fe, de su excesiva exaltación más bien, o de su uso como excusa para cumplir y justificar fervientes deseos terrenales, pero que tampoco me quedó muy claro el que así fuera. Fascinante imaginería visual, básicamente iluminada por neones, con algunas escenas que me encantaron.

Ahora, unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos evite alguna que otra embarazosa situación, o no:

 - "A Dios rogando y con el mazo dando".  (Refrán).

 - "El que pretende que la religión se debe encontrar en la iglesia, puede abstenerse de ir a la iglesia".  (John H. Newman).

 - "Gracias a Dios, todavía soy ateo".  (Luis Buñuel).

Amén. Besos y abrazos,

Don.
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