Con
suma naturalidad y respeto me desenvuelvo por entre estos matutinos, tratando
de molestar solo lo imprescindible para conseguir apresar lo que necesito de
ellos, así que buena relación de cordialidad mutua mantenemos. El día de verano
se nos presenta con relativa amabilidad, sin demasiados sudorosos sofocos, con
sol y algunas nubes, y máxima prevista de 35ºC por los madriles, pero parece
que arreciará en próximos días, según las previsiones, con máximas rondando la
cuarentena y noches de insomnio, así que no quedará otra que adaptarnos al
entorno y esperar nuestra ocasión de disfrutar de agradable frescor allende el
estío.
Este
fin de semana estuve en el cine revisitando un clásico, que ya vi en el verano
de 1984 cuando hacía la mili en Cáceres, y no había vuelto a ver desde
entonces. Se trató de "Dersu Uzala" (1975), de
Akira Kurosawa, basada en dos libros de Vladimir Arsenev, y con Maksim Munzuk y
Yuriy Solomin. De este maestro japonés del cine había visto algunas otras de
sus películas, a saber, las magistrales para mí "Rashomon" (1950) y "Vivir" ("Ikiru", 1952), y "Ran"
(1985).
Durante
la primera década del siglo XX, un destacamento militar ruso se encuentra
recorriendo una región de Siberia, muy al este, cerca de las fronteras con
China y Corea, con la misión de topografiar la zona. Extraviados en la
inmensidad de la taiga siberiana, se topan con un nativo, un anciano y
solitario cazador nómada, Dersu Uzala, al que ofrecen que les guíe, y acepta,
pues conoce el terreno como la palma de su mano. Establecerá una estrecha
relación de amistad con el capitán y les enseñará a respetar y convivir en
plena armonía con la naturaleza.
Película
hermosísima (nota: 8), dividida en dos partes (me gustó bastante más
la primera), por sus imágenes y por el contenido de lo que se nos narra, que
recuerdo que me gustó más entonces que ahora (los peligros, o no, de revisitar
los buenos recuerdos), y eso que antaño no era tan aficionado a este tipo de
cine poco o nada convencional y de pausado transcurrir. Quizá, por mi juventud,
dejó una muy honda huella en mí y me marcó con fuerza. Imprescindible este
armónico encuentro de dos muy distintas formas de entender el mundo.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, de entre las que he conseguido aprehender por
ahí, y de las que algo espero aprender:
- "Si haces planes para un año, siembra
arroz. Si los haces por dos lustros, planta árboles. Si los haces para toda la
vida, educa a una persona".
(Proverbio chino).
- "Jamás dice la naturaleza una cosa y otra
la sabiduría". (Juvenal).
- "Todas las obras de la naturaleza deben
ser tenidas por buenas". (Cicerón).
- "La naturaleza no hace nada superfluo,
nada inútil, y sabe sacar múltiples efectos de una sola causa". (Copérnico).
- "Sólo podemos dominar a la naturaleza
si la obedecemos". (Francis Bacon).
- "Menester es que unos caminen y otros
naveguen; unos rían y otros lloren; unos sean buenos y otros malos; que por
esta variedad es la naturaleza más hermosa". (Jerónimo de Contreras).
- "Bienaventurado aquel
que
por sendas escondidas
en
los campos se entretiene,
y en
los montes se retira". (Guillén de
Castro).
Besos
y abrazos,
Don.
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