Otro
matutino más que me brinda su amparo y protección en cuanto que me adentro en
él, dejando deambular a su libre albedrío a mis entendederas. Así salgo
reforzado para afrontar la realidad que tenga a bien salirme al paso, o al
trote, o... Y tras algunos chaparroncillos de ayer, hoy seguimos de nubes, nada
amenazantes, pues más bien arropan al sol que asoma sin rubor por entre ellas
en esta retozona primavera, hoy con 25ºC de máxima prevista por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Lean on Pete",
de Andrew Haigh, basado en la novela homónima de Willy Vlautin, y con Charlie
Plummer, Steve Buscemi, y Chloë Sevigny. Cuarto largo de este director británico,
y tercero suyo que veo tras "45 años" ("45 years", 2015) y "Weekend" (2011).
Un
solitario chico de 15 años vive con su padre, un tarambana mujeriego y bebedor,
pues su madre les abandonó cuando era un bebé. Durante el verano, como le
gustan los caballos, se pone a trabajar en el hipódromo cercano como mozo de
cuadras para el propietario de unos caballos de carreras. Se encariña con uno
de ellos, llamado Lean on Pete, y a la par que su padre fallece asesinado por
un iracundo marido despechado se entera de que el caballo será vendido a un
matadero por su falta de rendimiento. Así que se fuga con él en busca de una
tía de la que no sabe muy bien su domicilio, deambulando por los desolados
páramos del noroeste estadounidense, encontrándose de cuando en cuando con
gentes más bien poco recomendables.
Una
película cuya historia no me acabó de enganchar (nota: 5), la de
esta "semi-road-movie" con caballo, a pesar de sus buenas maneras.
Las vicisitudes y penurias sufridas por el desamparado y desesperanzado chaval,
que encuentra apoyo en el caballo para tratar de salir de sus pesares,
superando los duros trances que va sufriendo, intentando encontrar su lugar en
el mundo, en soledad, y un hogar que le acoja. Nos habla también de soledad y
abandono, de marginados de la sociedad.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena que tal vez puedan servirnos de sostén, no
precisamente pechero, sino más bien intelectual, para ayudarnos a enfrentarnos
a los avatares vitales:
- "El que se apoya en los demás ve cómo
vacila el mundo; el que se apoya en sí mismo se mantiene seguro". (Paul Heyse).
- "La filosofía del vagabundo se apoya en
la no necesidad de nada y el buen talante de aceptarla sin queja
alguna". (Camilo José Cela).
- "La madre es nuestra providencia sobre
la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo más firme en los años
siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los años
borrascosos de la juventud".
(Severo Catalina).
Besos
y abrazos,
Don.
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