martes, 21 de noviembre de 2017

Matutino fototrópico

¡Buenos días!

No, no voy a hacerme una foto en los trópicos, sino que estos matutinos suelen buscar la luz, la que nace sonrosada al albor de cada día, al albur de las condiciones meteorológicas del momento, esquivando las eventuales sombras que necesariamente ha de encontrar por el camino hasta llegar al también arrebolado crepúsculo, esperemos. Luminosísimo día otoñal que seguimos teniendo tras muchos días igual, con el mismo esplendor que los anteriores, radiantemente soleado, anómalamente tibio y seco para las fechas en las que nos encontramos, con 18ºC de máxima prevista y sin atisbo de jugosa nube alguna.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Hacia la luz" ("Hikari"), de Naomi Kawase, y con Masatoshi Nagase y Ayame Misaki (una preciosidad). De esta directora y guionista japonesa ya había visto tres de sus anteriores films: "Una pastelería en Tokio" ("An", 2015), "Aguas tranquilas" ("Futatsume no mado", 2014), y "El bosque del luto" ("Mogari no mori", 2007).

Una sensible joven trabaja como redactora de audiodescripciones de lo que sucede en pantalla para que las personas ciegas puedan "ver" y entender las películas, y sentirlas e imaginarlas más allá de la vista y el oído, textos que son probados ante grupos elegidos de invidentes para que den su opinión sobre lo adecuado o no de esos comentarios de audio para ellos. En uno de estos pases conoce a un fotógrafo profesional, mayor que ella, que está perdiendo su visión aceleradamente a causa de una enfermedad ocular degenerativa, casi ya al borde de la ceguera, profundamente abatido y sin ilusión por vivir, pues no puede ejercer su trabajo. A pesar de sus diferencias de opinión acabarán por conectar emocionalmente.

Una buena película (nota: 6), con algunos pasajes de arrobadora belleza, poética por momentos, y punteada por algunas breves y brillantes elipsis que dicen más que los diálogos que las preceden, y con la exquisita sutileza propia de buena parte del cine japonés. Sin embargo, por algunos otros momentos con los que no conecté, no me acabó de parecer redonda. En este melodrama romántico (al final) con elementos documentales, que es lo que casi parecían las sesiones de evaluación de las audiodescripciones por los ciegos, se destilan delicadamente reflexiones sobre el cine y como influye en nosotros, de su necesario equilibrio entre imagen y palabra, y entre esta y los silencios que nos den pie a evocar e imaginar.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, luz para nuestras entendederas, comenzando por dos citas de la directora del film hoy glosado, la primera de ellas declamada unas cuantas veces en la cinta, una de las cuales ilustrada por un encendido crepúsculo:

 - "Nada es más bello que lo que desaparece ante tus ojos".  (Naomi Kawase).

 - "Hay cosas que no entendemos aunque podamos verlas y, por el contrario, hay cosas que entendemos aunque no podamos verlas".  (Naomi Kawase).

 - "La desgracia abre el alma a una luz que la prosperidad no ve".  (Henri Lacordaire).

 - "El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia".  (William Shakespeare).

 - En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna".  (Gustavo Adolfo Bécquer).

Besos y abrazos,

Don.
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