¡Buenos
días!
No,
no voy a hacerme una foto en los trópicos, sino que estos matutinos suelen
buscar la luz, la que nace sonrosada al albor de cada día, al albur de las condiciones
meteorológicas del momento, esquivando las eventuales sombras que
necesariamente ha de encontrar por el camino hasta llegar al también arrebolado
crepúsculo, esperemos. Luminosísimo día otoñal que seguimos teniendo tras
muchos días igual, con el mismo esplendor que los anteriores, radiantemente
soleado, anómalamente tibio y seco para las fechas en las que nos encontramos,
con 18ºC de máxima prevista y sin atisbo de jugosa nube alguna.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Hacia la luz"
("Hikari"), de Naomi Kawase, y con Masatoshi Nagase y Ayame Misaki
(una preciosidad). De esta directora y guionista japonesa ya había visto tres
de sus anteriores films: "Una pastelería en Tokio" ("An", 2015),
"Aguas tranquilas" ("Futatsume no mado",
2014), y "El bosque del luto" ("Mogari no mori", 2007).
Una
sensible joven trabaja como redactora de audiodescripciones de lo que sucede en
pantalla para que las personas ciegas puedan "ver" y entender las
películas, y sentirlas e imaginarlas más allá de la vista y el oído, textos que
son probados ante grupos elegidos de invidentes para que den su opinión sobre
lo adecuado o no de esos comentarios de audio para ellos. En uno de estos pases
conoce a un fotógrafo profesional, mayor que ella, que está perdiendo su visión
aceleradamente a causa de una enfermedad ocular degenerativa, casi ya al borde
de la ceguera, profundamente abatido y sin ilusión por vivir, pues no puede
ejercer su trabajo. A pesar de sus diferencias de opinión acabarán por conectar
emocionalmente.
Una
buena película (nota: 6), con algunos pasajes de arrobadora belleza,
poética por momentos, y punteada por algunas breves y brillantes elipsis que
dicen más que los diálogos que las preceden, y con la exquisita sutileza propia
de buena parte del cine japonés. Sin embargo, por algunos otros momentos con
los que no conecté, no me acabó de parecer redonda. En este melodrama romántico
(al final) con elementos documentales, que es lo que casi parecían las sesiones
de evaluación de las audiodescripciones por los ciegos, se destilan
delicadamente reflexiones sobre el cine y como influye en nosotros, de su
necesario equilibrio entre imagen y palabra, y entre esta y los silencios que
nos den pie a evocar e imaginar.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, luz para nuestras entendederas, comenzando por
dos citas de la directora del film hoy glosado, la primera de ellas declamada
unas cuantas veces en la cinta, una de las cuales ilustrada por un encendido
crepúsculo:
- "Nada es más bello que lo que
desaparece ante tus ojos". (Naomi
Kawase).
- "Hay cosas que no entendemos aunque
podamos verlas y, por el contrario, hay cosas que entendemos aunque no podamos
verlas". (Naomi Kawase).
- "La desgracia abre el alma a una luz que
la prosperidad no ve". (Henri
Lacordaire).
- "El amor consuela como el resplandor
del sol después de la lluvia".
(William Shakespeare).
- En el majestuoso conjunto de la creación,
nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo
desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna". (Gustavo Adolfo Bécquer).
Besos
y abrazos,
Don.
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