¡Buenos
días!
Por
mucho que las nieves del tiempo ya platearon mi sien, que decía aquel tango,
tanto estos matutinos como yo mismo creo que vivimos tiempos dorados, todo muy
en relación con los preciosos metales que no busco, sino que me topo con ellos
y de los que trato de disfrutar mientras pueda y por el tiempo que quieran
quedarse conmigo. Y el áureo sol, tan brillante como un idem, sigue colonizando
este otoño al que le faltan sus buenas lluvias y su barro sobrevenido... que si
se dan las necesarias condiciones a través de los eones daría lugar a un buen
tesoro, pues del turbio lodo pueden salir turbas, y luego carbones, y si acaso,
en el colmo de la rareza, de ahí su preciosidad, su cristalización, el más duro
entre los materiales conocidos... quimérica riqueza, cual cuento de la lechera,
toda una entelequia en mi fugaz horizonte vital.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Oro", de
Agustín Díaz Yanes, basada en un relato inédito de Arturo Pérez Reverte, y con
Raúl Arévalo, José Coronado, Óscar Jaenada, Bárbara Lennie, Antonio Dechent,
José Manuel Cervino, Juan Diego, Juan José Ballesta, Luis Callejo, Anna
Castillo, Andrés Gertrúdix, Diego París, Juan Carlos Aduviri, y... dejo de
poner más, que es un film muy coral. Esta es la quinta película de su director
y guionista, y quinta que veo, tras "Nadie hablará de nosotras cuando
hayamos muerto" (1995), "Sin noticias de Dios" (2001), "Alatriste" (2006), y "Solo quiero caminar" (2008).
En
el siglo XVI una expedición, una de tantas que no pasaron a la historia, de
conquistadores españoles, un aguerrido grupo de donnadies, se adentra en la
intrincada selva sudamericana tratando de encontrar una mítica ciudad hecha
completamente de oro, y no se sabe si buscando gloria, fortuna, o simplemente
riqueza, pero siempre huyendo adelante desde la más absoluta de las miserias,
abriéndose paso por el infierno verde a sangre y fuego, contra cualquier
amenaza que barrunten, o contra ellos mismos si se tercia cuando se ponen muy
flamencos, por muy de otros sitios que sean.
Una
buena película (nota: 6), bien hecha y muy bien interpretada, este
relato de ambiciones, lealtades y traiciones, violenta crueldad, luchas
intestinas, de atmósfera asfixiante, casi nula épica, sobre nuestras miserias,
las personales y las sociales, en parte metáfora de esta España nuestra. Desde
luego tiene el toque Pérez Reverte y, con otras maneras, retrata similares
hechos que otras dos anteriores que recuerde: "Aguirre, la cólera de
Dios" ("Aguirre der zorn gottes", 1972) de Werner Herzog, y
"El Dorado" (1988) de Carlos Saura.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, que espero tengáis como oro en paño y en tanta
estima como yo:
- "El oro es como las mujeres, que todos
dicen mal de ellas y todos las desean".
(Félix Lope de Vega).
- "Por muchas riquezas que el hombre
posea y por grandes que sean la salud y las comodidades que disfrute, no se
siente satisfecho si no cuenta con la estimación de los demás". (Blaise Pascal).
Besos
y abrazos,
Don.
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