¡Buenos
días!
No,
no hace falta que os frotéis los ojos para quitaros de la vista la aparición de
hoy, que este matutino no da nada de miedito, ni es gore ni truculento, además
de ser de lo más real por muy virtual que sea, dado que los bits que lo
conforman no son materiales, por mucha encarnación, más bien plasmación de mi
ideario que contengan, que en cierto modo, como el resto de ellos, es
ectoplasmático de mi ser, cual fantasma, tan solo fanfarrón algunas escasas
veces, más bien cual si fuera mi propio espíritu, que todos ellos son parte de
él. Bueno, pues tras este desparrame, no me hubiera venido nada mal un brumoso
día de otoño para que la ambientación fuera perfecta, pero ya se sabe, esto es
lo que hay, y hoy toca radiante sol evaporizador y que por falta de humedad no
se descompone en todo el espectro lumínico de un arco iris, madrugada rayana en
la helada, y 16ºC de máxima prevista por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "A ghost story",
de David Lowery, y con Casey Affleck y Rooney Mara (tan estupenda como
siempre). Es el cuarto largo de este director, y segundo suyo que veo tras
"En un lugar sin ley" ("Ain't them bodies
saints", 2013).
Una
joven pareja vive su amor y su vida día a día. Ella quiere cambiar de casa, él
no. Uno de esos días él fallece en un accidente de tráfico y ella queda
desolada. Sin embargo, su fantasma, enfundado en una sábana blanca con dos
agujeros para los ojos, regresa a la casa para estar invisible, intangible,
inaudible, imperceptible en suma, al lado de ella durante su duelo. El tiempo
pasa, supera su dolor, rehace su vida, y se muda a un nuevo hogar, quedando él
solo sin saber que hacer en la casa vacía, llegan nuevos inquilinos, se van, la
casa está cada vez más destartalada... el tiempo sigue fluyendo sin remisión y
él sigue ahí sin moverse.
Una
estupenda película (nota: 8), que os recomiendo si no os echan para atrás
los films reflexivos y parsimoniosos, y que a pesar de su título ni es de miedo
ni va de fantasmas aterradores. Chocante historia a la que para mi gusto le
sobró algo de casi eterno ensimismamiento en algunas escenas de la primera
mitad del metraje que me dificultaron el trance de verla, pero a partir de ahí
me mereció mucho esa pena, sobre todo cuando llegó la escena final, de hermosa
y poética desolación desvanecida del ensabanado encierro.
Historia
que juega con el tiempo, lo ralentiza casi hasta la exasperación, lo acelera
con sutiles elipsis, y lo echa adelante y atrás, centrada en los taciturnos
pesares del fantasma que queda desolado (y con sus propios fantasmas), más que
en los vivos, aunque a través de aquel hable sin mediar palabra a estos, a
nosotros. Además de aprisionado amor allende la vida, o la muerte, y de cuando
habría que cortar amarras emocionales, nos habla de si queda algo de nosotros
después de morir, que el implacable tiempo todo lo barre.
Por
último, destacaría tres cosas que me gustaron especialmente: la fotografía casi
pictórica con muchos cuadros hieráticos o con poco movimiento; el speech que
suelta un personaje, todo un desparrame que sin embargo encierra unas cuantas
dosis de reflexiones filosóficas desoladoras de lo que queda de nosotros una
vez muertos, y que da mucho sentido a lo que pasa después hasta el final; y la
ya mentada escena final, hermosísima, que me emocionó de tal modo que hizo que
me recorriera un cosquilleo por la nuca.
Ahora,
en la sección de sabiduría ajena, un par de citas, una del director y guionista
del film, y unos versos de Machado, con mucha relación con lo versado en la
película, como casi siempre:
- "Me aterra pensar en lo rápido que
pasan los años. Esta película intenta enfrentarse al paso del tiempo. El tiempo
seguirá adelante me guste o no, y llegará un momento en que todo por lo que me
esforcé o lo que conseguí en la vida no significará nada. Todos seremos
fantasmas al final". (David
Lowery).
- "Cuando recordar no pueda,
¿dónde
mi recuerdo irá?,
una
cosa es el recuerdo
y
otra cosa es recordar.
Cuando
la tierra se trague
lo
que se traga la tierra,
habrá
mi recuerdo alzado
el
ancla de la ribera.
Recuerdos
de mis amores,
quizás
no debéis temblar:
cuando
la tierra me trague
la
tierra os libertará". (Antonio
Machado).
Besos
y abrazos,
Don.
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