miércoles, 8 de noviembre de 2017

Matutino de los sexos

¡Buenos días!

Aunque no sé de cual, si de uno, de los dos, de todos, o de ninguno, que tal vez sean como los ángeles, asexuados. Así que da igual, no nos pelearemos por ello, dejémosles ser como quieran ser, y cada uno a disfrutar con lo que tiene. Como de este fresco día de otoño, de madrugada fría, sin excesos, sol a raudales y máxima prevista para hoy de 15ºC por los madriles, todo muy bien avenido, por mucho que deseemos algo más de revolución otoñal, con las típicas borrascas de la estación, pero esto es lo que hay, y casi seguro que en días venideros será otra cosa.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La batalla de los sexos" ("Battle of the sexes"), de Jonathan Dayton y Valerie Faris, y con Emma Stone (tan estupenda como siempre) y Steve Carell. Es el tercer largo de esta pareja de directores, de quienes había visto sus dos muy recomendables anteriores, "Ruby Sparks" (2012), y "Pequeña Miss Sunshine" ("Little Miss Sunshine", 2006).

A principios de los años 70 las tenistas se sublevaron contra los estamentos directivos de ese deporte reclamando cobrar los mismos premios que los hombres pues llevaban similar cantidad de público a las canchas. Ante los oídos sordos decidieron asociarse por su cuenta, creando la WTA, y formar su propio circuito de torneos a espaldas de los establecidos. A la cabeza de ellas, la número uno del momento, Billie Jean King. Aprovechando la ocasión, un anterior número uno mundial de ese deporte, Bobby Riggs, todo un machista fanfarrón ya entradito en años (55), decide retar a cualquier mujer que se atreva a enfrentarse a él por un jugoso premio y determinar si las féminas debían ser merecedoras de tal igualdad salarial. Al final terminó por aceptar el reto la número uno (29 años), y enseguida se montó un monumental circo alrededor de ese partido (disputado en 1973), anunciado a bombo y platillo como el título del film, y que llegó a ser uno de los acontecimientos deportivos con mayor audiencia en toda la historia.

Una buena película (nota: 6) que no solo va de cuestiones deportivas, sino también de amor, de reivindicación feminista, de lucha por la igualdad, y por la no discriminación por la orientación sexual que cada cual tenga a bien llevar en su ser, esta más soterrada. Relativamente convencional en sus maneras y de crítica social poco afilada pero eficaz, pues una sutil dejada puede ser tan efectiva o más que un contundente mate, la vi con agrado, con algunos momentos muy logrados, y otros más normalitos. Casi lo mejor, las historias de amor de ambos protagonistas, dando la película mayor relevancia a la de ella, cada uno luchando por lo suyo, debatiéndose consigo mismos, a sus respectivas maneras.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, con la que no sé si dirimiremos el sexo de los ángeles, pero da lo mismo:

 - "El deporte es una estilización de la guerra".  (Francisco Umbral).

 - "El amor es el único deporte que no se suspende por falta de luz".  (Noel Clarasó).

 - "No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos".  (Gregorio Marañón).

 - "Cuando hombres y mujeres se ponen de acuerdo, las conclusiones deben ser las mismas, pero los motivos diferentes".  (George Santayana).

Besos y abrazos,

Don.
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