¡Buenos
días!
Otro
matutino más que sale de la factoría de mis sinápticas tramas neuronales y que,
casi desde el mismo momento en que lo cuelgo en el mundo virtual, rompe
ataduras conmigo para decidir vivir su propio destino, sin apenas dejar que lo
maneje a mi antojo más allá de su salida al mundo. Por lo demás, no sé quién ha
sido el que, tras varios días de sol y tirando de sus hilos, ha decidido
ponernos nubarrones cada vez más grises esta mañana que amenazan con
chaparrones y tal vez rayos y truenos, ratitos de sol, y vuelta a empezar...
las típicas tormentas primaverales que van y vienen... con 22ºC de máxima
prevista para hoy por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La mano invisible",
de David Macián, y con José Luis Torrijo, Esther Ortega, Eduardo Ferrés, Josean
Bengoetxea, Bárbara Santa-Cruz, Daniel Pérez Prada, Marina Salas, Elisabet
Gelabert, Marta Larralde, Bruto Pomeroy, y Christen Joulin. Es el primer largo
de este director, que está basado en la novela homónima de Isaac Rosa.
Tras
un proceso selectivo once personas en paro de larga duración, cosas de la
crisis, son contratadas por una misteriosa empresa para que desempeñen
reiterativamente, un día tras otro en jornadas de ocho horas, su profesión en
una nave industrial con presencia de público que asiste gratuitamente a la
función, especie de reality show en directo sin cámaras de por medio. Un
albañil que levanta un muro y al final lo derriba, una costurera que cose
prendas de vestir que luego destruye, un mecánico que desmonta un coche para
volver a montarlo pieza a pieza, un carnicero que despieza animales para luego
tirar todo a la basura, una teleoperadora que realiza una encuesta CATI sobre
satisfacción en el trabajo, etc. No saben realmente para qué están allí, y
además, conforme avanzan los días, les van exigiendo más rendimiento por el
mismo salario. Los roces entre ellos aumentan.
Una
buena película (nota: 6), bien hecha y con buenas actuaciones, esta
curiosa propuesta de absurda situación de partida (o no tanto), bastante
minimalista, y que da bastante que pensar. Especie de parábola social sobre la
insatisfacción, explotación y precariedad laborales, sobre el trabajo
reiterativo sin significado ni aparente utilidad ni mucho sentido. ¿Es posible
motivarse en esas situaciones? ¿Sirve para algo lo que hacemos en nuestros
trabajos? ¿Hasta dónde podríamos aguantar? Estas y otras variopintas cuestiones
nos provoca este film.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena con las que hacer trabajar algo más a nuestras
entendederas:
- "Los hombres, en general, no son sino
marionetas maltratadas por un titiritero".
(Giovanni Papini).
- "Es una locura trabajar toda la vida si
nuestra imaginación y nuestros esfuerzos no tienden hacia un objeto
determinado". (Marco Aurelio).
- "Cuando el trabajo es un placer la vida
es bella. Pero cuando nos es impuesto, la vida es una esclavitud". (Máximo Gorki).
- "Quien trabaja lo hace con la esperanza
de ganar con ello un día la liberación de su vida, de poder en su hora dejar de
trabajar y... comenzar de verdad a vivir".
(José Ortega y Gasset).
- "Si a la gente le gustara de veras
trabajar, aún estaríamos labrando la tierra con arados de madera y cargándonos
los bultos a la espalda para llevarlos de un lado para otro". (William Feather).
Besos y abrazos,
Don.
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