¡Buenos
días!
Al
final de este matutino, como con todos, nos volveremos a despedir, con fluida y
armoniosa naturalidad, y cada uno seguiremos después nuestros respectivos
caminos, que tal vez vuelvan a reencontrarse con renovados buenos días. El que
no parece querer irse es este calor veraniego a destiempo, hoy de nuevo con
32ºC de máxima prevista, así que no preveo despedirme de él en bastantes días,
a tenor de las previsiones, con lo que no me quedará otra que dejarme agobiar
con resignación, pues luchar contra los inevitables elementos no lleva a buen
puerto.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "No sé decir adiós",
de Lino Escalera, y con Nathalie Poza, Juan Diego, y Lola Dueñas. Es el debut
en el largo de este director, con el que ganó varios premios en el reciente
Festival de Málaga.
Una
estresada ejecutiva, cabreada permanentemente con el mundo, con problemas para
gestionar sus emociones y que se entrega a diversas toxicomanías para intentar
ahogar sus pesares, recibe la llamada de su hermana, que le dice que su padre,
con quien hace tiempo que no se habla, está gravemente enfermo y el médico le
ha dado pocos meses de vida. Ese mismo día se traslada a la casa familiar en un
pueblo de Almería, y una vez allí, puesto que no acepta el diagnóstico
facultativo y contra la opinión de todos, se lleva furtivamente a su padre para
que lo traten en Barcelona. Durante el viaje, en su huida hacia adelante de una
realidad que no quiere afrontar, intentará retomar apresuradamente la relación
con su padre.
Una
muy buena película (nota: 7) este drama familiar que acongoja desde las
antípodas del sentimentalismo, con el que al principio no empatizaba, que no me
lo ponía fácil, pero que al final sí consiguió engancharme, por su estupendo
modo de enfocar estas peliagudas cuestiones sobre afrontar la muerte (la propia
o la de allegados) a través de estos dos personajes de difícil carácter y con
bastante minusvalía emocional e incapaces de expresar adecuadamente y en su
justo momento los sentimientos que les oprimen.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena con las que despedir circunspectamente a este
matutino que acepta que su tiempo se acabó y se nos va cuando debe:
- "¡Lo terrible no es la llegada de la
muerte, sino el adiós a la vida!".
(Maurice Maeterlinck).
- "Si quieres poder soportar la vida,
debes estar dispuesto a aceptar la muerte". (Sigmund Freud).
- "El arte de vencer las grandes
dificultades se estudia y adquiere con la costumbre de afrontar las
pequeñas". (Cristina Trivulzio di
Belgioioso).
- "Aceptar nuestra vulnerabilidad en
lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la
realidad". (David Viscott).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario