¡Buenos días!
No, que todavía hace
demasiado calor para mí por esos lares, y además, como dice el aforismo, a lo
mejor me quedo sin silla, deje o no de sonar la música; pero no, siempre tendré
un huequecito en el corazón de estos matutinos, donde me siento
maravillosamente reconfortado. Las temperaturas han vuelto a bajar otro poquito
(máxima prevista para hoy en los madriles de 24ºC), y es posible que caiga
algún chaparroncillo vespertino, pero siempre hará más calor en Sevilla, aunque
no me dejo engañar por si pierdo el asiento, por mucho que me tiren unas buenas
tapitas con manzanilla, incluso arrebujada con gaseosa.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Las sillas musicales" ("Les
chaises musicales"), de Marie Belhomme, y con Isabelle Carré, Philippe
Rebbot y Carmen Maura. Es el debut en el largo de esta directora francesa.
Una animadora musical de
cumpleaños infantiles y fiestecillas varias, casi cuarentona, torpona,
candorosa, de buen corazón, que no sabe muy bien cual es su lugar en este
mundo, y que vive sola, camino de uno de sus bolos provoca un accidente casual
en el que un hombre cae, y creyendo que le ha matado, huye apresuradamente del
lugar de los hechos, no sin antes avisar a una ambulancia. Cuando se entera por
el periódico del día siguiente que ha quedado en coma, con gran cargo de
conciencia, decide visitarle cada día en el hospital, haciéndose pasar por una
pariente lejana, y poco a poco, por curiosidad, irá indagando cosas de su vida,
inmiscuyéndose en ella, aprovechando que él está ausente, pero siempre
intentando hacer el bien.
Amable comedia romántica (nota:
5), bastante peculiar, agradable de ver, pero que no me enganchó
gran cosa. Historia de una pintoresca mujer que vive una anodina vida en la que
no ve hueco donde encajar, y que al vivir otra que no tiene, la del hombre en
coma, cual si estuviera sentada en una silla que no es la suya, encuentra en
cierto modo un lugar en el mundo.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que a lo mejor nos hace sentar algo más nuestras cabezas, no
necesariamente en silla alguna:
- "El hombre descontento no encuentra
silla cómoda". (Benjamín Franklin).
- "En las fiestas no te sientes jamás;
puede sentarse a tu lado alguien que no te guste". (Groucho Marx).
- "Aquel que ama, el mismo se ata y se
mata, y se hace de señor siervo, en tanto que todos cuantos ve se piensa que le
usurpan su amor, y con muy poca superstición todo en su corazón se perturba y
se le revuelve de dentro". (Alfonso
Martínez de Toledo).
Besos y abrazos,
Don.
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