¡Buenos días!
Y vuelve por tercera, por
enésima vez, a ser mentira, es un mito, eso de que renacemos de nuestras
cenizas cual ave fénix, al menos biológicamente, e incluso anímicamente,
únicamente respecto del ánima, que no del ánimo, que éste sí que puede
recobrarse una y otra vez siempre que estemos dispuestos a ello. Como estos
mismos inmateriales matutinos, que también pueden volver a nacer cada mañana
que les place, de maneras más o menos distintas, sobre todo en su contenido,
aunque no tanto en sus formas. Otra mañana de muy caluroso sol (máxima prevista
de 33ºC para hoy), en este nuevo amanecer, en otra reiterativa reencarnación
solar de infinito ciclo.
Este fin de semana estuve en
el cine viendo "Phoenix", de Christian Petzold,
basado en la novela "Regreso a las cenizas" ("Le retour des
cendres") de Hubert Menteilhet, y con Nina Hoss (sobresaliente), Ronald
Zehrfeld, y Nina Kunzendorf. Es el séptimo largo de este director alemán, de
quien había visto su anterior, "Bárbara" (2012).
Una mujer vuelve a Berlín
justo cuando acaba de terminar la II Guerra Mundial. Está gravemente herida,
tiene la cara completamente desfigurada por varios disparos. Es una
superviviente judía de un campo de concentración nazi. Tras una operación de
cirugía plástica en la que le reconstruyen su cara, más o menos parecida a la
anterior, con la opinión contraria de su amiga que quiere que ambas vayan a
Palestina, donde se está gestando un nuevo estado judío, ella emprende la
búsqueda de su amado marido alemán con la idea de reconstruir su vida. Le
encuentra, pero él no la reconoce pues la cree muerta. Sin embargo, debido a su
parecido le ofrece hacerse pasar por su mujer fallecida para poder cobrar una
herencia.
Una sobresaliente película
que os recomiendo (nota: 9), con un final de diez, el
mejor que he visto en varios años, tan sutilísimo y apabullante como desolador,
que creo debería enseñarse en las escuelas de cine como hermosísimo y canónico
colofón fílmico. Melodrama y thriller, cine negro también, que nos habla de
amor, traición, culpa, perdón, y recuperación de una identidad, tanto en la
realidad como en la impostura, tanto en lo personal como en lo colectivo. En
algunos de sus pasajes me trajo reminiscencias de una de las obras maestras de
Alfred Hitchcock: "De entre los muertos / Vértigo"
("Vertigo", 1958).
Ahora algo de sabiduría
ajena, pensamientos de otros que renacen en nuestras mentes al leerlos y
asimilarlos:
- "El pasado es un cubo lleno de
cenizas". (Carl Sandburg).
- "Quizá mi única noción de patria
sea esta urgencia de decir
nosotros
quizá mi única noción de
patria
sea este regreso al propio
desconcierto". (Mario Benedetti).
- "Nadie puede librar a los hombres del
dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para
soportarlo". (Selma Lagerlof).
- "En esta vida hay que morir varias
veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para
cancelar una época e inaugurar otra".
(Eugenio Trías).
- "La vida es un constante proceso, una
continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer". (Hermann Keyserling).
Besos y abrazos,
Don.
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