jueves, 18 de junio de 2015

Insólitos matutinos

¡Buenos días!

Es curioso, pero de tan cotidianos, a veces los miro y me parecen de lo más raros, me produce cierta extrañeza su peculiar mundo, en el que por otra parte me siento tan bien acogido, y me quedo medio atónito, sin salir de mi asombro, hasta que vuelvo a ellos antes de volver a la realidad. Son momentos puntuales, que también me suceden fuera de la pecera matutina, en el otro mundo real, en el que paso la mayor parte del tiempo. Y es de lo más normal que a tres días del solsticio veraniego haga calor, cada vez más, con máxima prevista para hoy de 28ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los insólitos peces gato", de Claudia Sainte-Luce, y con Ximena Ayala, Lisa Owen, Sonia Franco, Wendy Guillén, Andrea Baeza, y Alejandro Ramírez Muñoz. Es el debut en el largo de esta directora mexicana.

Una joven solitaria que trabaja en un hipermercado promocionando salchichas sufre un ataque de apendicitis, y en la sala de urgencias conoce a una mujer, que está en la cama de al lado tras uno de los frecuentes ataques agudos de su enfermedad terminal. Esta mujer vive con sus cuatro hijos, tres chicas y un niño, de tres maridos diferentes. Ambas salen a la vez del hospital y la mujer invita a la joven a su casa, que acabará quedándose, totalmente integrada en la peculiar y algo alocada familia, sin embargo muy bien avenida, estableciendo una cómplice amistad con todos, y ejerciendo de madre sustituta con los más pequeños, junto con la hermana mayor, conforme se va agravando la enfermedad de la madre.

Una película con la que no conecté (nota: 4), que me aburrió bastante, salvo escasos y brevísimos instantes. Ritmo pausado y buenas maneras formales, aunque me pareció algo inconexa a veces, dejándome en un estado de extrañeza similar al de la protagonista al conocer a esta atípica familia que le ayudó a salir de su atonía vital. Una historia sobre la soledad y la necesidad de compañía y mutuo consuelo que todos necesitamos en mayor o menor grado. Y también de vivir la vida con alegre entusiasmo a pesar de la muerte.

Ahora algo de extraordinaria sabiduría ajena, que a lo mejor nos entona y alivia de algunas eventuales cuitas:

 - "La soledad es el patrimonio de todas las almas extraordinarias".  (Arthur Schopenhauer).

 - "¡Oh, soledad, alegre compañía de los tristes!".  (Miguel de Cervantes).

 - "Un hombre solo siempre está en mala compañía".  (Paul Valéry).

 - "Triste puedo estar solo; para estar alegre necesito compañía".  (Elbert Hubbard).

 - "¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos".  (Carlo Dossi).

 - "Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya".  (Friedrich Nietzsche).

Besos y abrazos,

Don.
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