¡Buenos días!
Otro matutino más que nace
al alba de un nuevo día, tras haber sido concebido en la sensual oscuridad de
mi caverna craneal... ¡todo un orgásmico placer!... no sé si debería condonarme
del (o condenarme en el) fuego eterno por ello, pero ¡oh, milagro!, me ponga
las barreras que me ponga, incluso de goma, siguen viniendo al mundo matutinos
según yo lo voy deseando, sin arrepentimientos ni penitencias, que no han lugar
en este mañanero mundo libre de pecado. En este otoño madrileño sigue
lloviendo, hoy más esporádicamente y con algún resquicio de sol, fertilizándose
la tierra, preludio de próximos nacimientos vegetales.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Los niños del cura"
("Svecenikova djeca"), de Vinko Bresan, y con Kresimir Mikic, Niksa
Butijer, Marija Skaricic, y Drazen Kuhn. Es el primer largo que veo de este
director croata... y creo que es la primera película de esa nacionalidad que
veo en mi vida.
Un joven cura católico llega
a un pequeño pueblo de una islita en la costa dálmata para sustituir en un
futuro próximo al titular de la parroquia. Enseguida se frustra por la gran
popularidad del antiguo sacerdote entre sus feligreses. Un día toma una
sorprendente decisión al constatar que en su iglesia sólo celebra funerales y
ninguna boda ni bautizo, con la consiguiente pérdida de "clientela".
Confabulado con el quiosquero que vende condones, apesadumbrado y absuelto de
ello por el cura, y el farmacéutico que vende anticonceptivos femeninos, decide
pinchar todos los preservativos que se venden en el pueblo con el fin de
fomentar la natalidad y provocar nuevas nupcias (de penalti). Tras unos
iniciales problemas con su plan, que son corregidos, tiene un éxito inesperado,
tanto que se dispara la natalidad y es portada en noticiarios de todo el mundo.
Pero los indeseados efectos colaterales se extienden por doquier, generando
peores problemas que los que trataba de "arreglar"... cosas de ser
aprendiz de brujo y que le llevarán a morir de éxito.
Una muy buena película, a
pesar de algún que otro altibajo, con la que me reí a carcajada limpia en
bastantes momentos, especialmente hacia el final, siempre con un buen poso de
reflexión y muy negra amargura en el retrogusto jocoso. Con su vitriólico punto
de vista, me gustó mucho el modo de narrar lo que se nos cuenta en esta farsa
costumbrista y negra, que termina derivando hacia la tragedia caricaturesca.
También, comedia del absurdo, o de la reducción al absurdo (al estilo lógico-matemático)
de ciertos postulados eclesiásticos, de sus dogmatismos, dando todo un repaso
sarcástico a las hipocresías e inmoralidades clericales tan en boga últimamente
(pederastia, robo de niños, etc.), regodeándose también, de refilón, de manidos
clichés nacionalistas.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que os confieso sin remordimientos que es pródiga en acrecentar la
nuestra y tal vez nos cure de algo:
- "Una mala conciencia se cura más
fácilmente que una mala reputación".
(Friedrich Nietzsche).
- "El trabajo en que hallamos placer cura
la pena que causa". (William
Shakespeare).
- "Porque tú crees que el tiempo cura y
que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad". (Federico García Lorca).
Besos y abrazos,
Don.
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