¡Buenos días!
En esta infinita sala
matutina que siempre me acoge suelo reivindicar lo que considere menester, y
estaré aquí y así todo el tiempo que a mí mismo me conceda en tales tareas. El
otoño, que todavía permanece con nosotros, sigue destilando lluvias y más
lluvias, a ratos tímidas, fugaces y esporádicas, a ratos más pertinaces y
abundantes, pero siempre con la constancia que le caracteriza. Las temperaturas
van descendiendo tan suavemente en estos días que casi ni se nota que lo hacen.
La máxima prevista para hoy es de 13ºC.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Jimmy's hall", de Ken Loach, y
con Barry Ward y Simone Kirby. De este muy veterano director británico había
visto algunos de sus films del siglo pasado, y casi todos los rodados en éste,
a saber, "El espíritu del 45" ("The spirit of '45", 2013),
"La parte de los ángeles" ("The angel's share", 2012),
"Route Irish" (2010),
"Buscando a Eric" ("Looking for Eric", 2009),
"En un mundo libre" ("It is a free world", 2007),
"El viento que agita la cebada" ("The wind that shakes the
barley", 2006),
"Sólo un beso" ("Ae fond Kiss", 2004),
"Felices dieciséis" ("Sweet sixteen", 2002),
y "La cuadrilla" ("The navigators", 2001).
Se nos narra la historia
real de James Gralton, un activista irlandés que se convirtió en el único
deportado político de la República de Irlanda. Participó en la guerra de
independencia irlandesa y posterior guerra civil en los primeros años 20,
teniendo que huir a Estados Unidos. Regresó diez años después, en 1932, para
cuidar de su anciana madre, decidiendo reabrir un local, un centro cívico donde
los lugareños se divertían cantando y bailando, daban y recibían clases de
danza, pintura, literatura, etc., y también debatían sobre sus problemas
cotidianos, todo autogestionado por ellos. Esto levantó los recelos del
anquilosado clero y los terratenientes y demás caciques locales, que lo veían
como una amenaza para sus intereses.
Una buena película, cine de
reivindicación social que muestra la situación de Irlanda en la década de los
30, cuando se vive con dureza los efectos de la Gran Depresión, con un
proletariado oprimido y ninguneado por unos caciques y clero católico
ultraconservador y dogmático, que ha perdido desde hace siglos las verdaderas y
primigenias esencias de la religión que postulan. Situación con ciertos
paralelismos con la actual, allí y aquí, y en más sitios. No hemos cambiado
tanto.
Ahora algo de sabiduría
ajena, antesala de mi despedida por hoy:
- "Cuando una opinión es general, suele
ser correcta". (Jane Austen).
- "El arte de dirigir consiste en saber
cuando hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta". (Herbert von Karajan).
- "Cada dogma tiene su día, pero los
ideales son eternos". (Israel
Zangwill).
- "La curiosidad intelectual es la
negación de todos los dogmas y la fuerza motriz del libre examen". (José Ingenieros).
- "La oscuridad nos envuelve a todos,
pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece
tranquilo en el centro de la estancia".
(Anatole France).
Besos y abrazos,
Don.
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