¡Buenos días!
Ya sabemos que de buena
parte de las buenas cosas de la vida, como el amor o la alegría, cuanto más
damos a otros más nos queda a nosotros, y que la única forma de disfrutar de
las cosas es gastándolas. Como estos ya apenas adolescentes matutinos que
regalo por doquier. El verano ya dio su salto definitivo a la torridez (36ºC de
máxima previstos para hoy y días sucesivos, si no más), y ya empieza uno a
pensar en largarse a climas boreales, por los alrededores del círculo polar
ártico, para tratar de conciliar el sueño y de llegar a la vejez no más
amojamado que lo necesario.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "El abuelo que saltó por la ventana y se largó"
("Hundraåringen som klev ut genom fönstret och försvann"), de Félix
Herngren, y con Robert Gustafsson, Iwar Wiklander, y David Wiberg. Es el tercer
largo, y primero suyo que veo, de este director sueco, que está basado en el
best-seller homónimo de Jonas Jonasson.
En el día en que cumple 100
años, con el deseo de vivir plenamente la vida que le queda, un anciano se fuga
de la residencia en la que se encuentra recluido, y en la que le internaron
hace poco, justo antes de que el alcalde y la prensa local entren fastuosamente
a felicitarle, dejándoles plantados. Sin rumbo predeterminado parte en busca de
aventuras, y una serie de casualidades encadenadas hace que caiga en sus manos
una maleta repleta de dinero, propiedad de unos peligrosos criminales,
dispuestos a matar por ella, que le perseguirán, además de la policía. No
importa, nadie sabe la intensa vida anterior de este venerable, pachorrón,
reflexivo y decidido anciano, que fue miliciano republicano de las brigadas
internacionales en la guerra civil española, salvó la vida de Franco, ayudó a
Oppenheimer a fabricar la bomba atómica, también confraternizó con Stalin,
Reagan y Gorbachov (entre muchos otros más), fue doble agente para la CIA y la
KGB durante la guerra fría, y demás increíbles eventos vitales, siendo premiado
y encarcelado por unos y otros, influyendo claramente en la historia mundial
desde el anonimato. En su devenir, irá dejando todo un reguero de cadáveres,
casi sin querer.
Estrambótica y muy divertida
comedia, un puntito gamberra, que me hizo reír mucho y dejó algo en que pensar,
aunque los eventos relatados de su vida pasada (rememoración mediante
flashbacks narrados) me flojearon algo respecto al relato de las vicisitudes
tras la fuga del fascinante protagonista, absurdos, surrealistas, delirantes,
con mucho humor negro, y que dejan un gran poso de sabiduría vital,
especialmente imbuida de la resignación ante fatalidad o la dicha por la
sucesión inevitable de acontecimientos, tamizada por el carpe diem, que define
al excéntrico anciano protagonista (no menos raro que el resto de personajes),
una especie de reverso de Forrest Gump, de gran sentido común, que se niega a
renunciar al placer de sentirse vivo, y que no tiene miedo ni a los criminales,
ni a morir, ni a nada. Todo un bondadoso sin escrúpulos.
En cierto modo sigue la
filosofía de vida que se destila del cuento sufí, "El joven y el hombre
sabio", que se relata en la película "La guerra de Charlie Wilson" ("Charlie Wilson's war", 2007),
de Mike Nichols. El cuento dice más o menos así:
"Un muchacho recibió
como regalo un estupendo corcel, y todos decían en su pueblo que qué buena
suerte tenía, pero el hombre sabio respondía que ya se verá. Al poco, montando
en el caballo, el joven cayó y se partió una pierna, y todos decían que qué
mala suerte, pero el hombre sabio respondía que ya se verá. Después, se declaró
una guerra y el joven se libró del alistamiento por estar impedido, y todos
decían que qué buena suerte, pero el hombre sabio respondía que ya se verá. Más
tarde ...". Y así, con esta alternativa letanía de buena y mala suerte va
continuando la historia ...
Ahora, algo más de sabiduría
ajena, tras la que seguro habréis sacado de este cuento sufí:
- "La posesión de la salud es como la de
la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta, no se goza". (Francisco de Quevedo)
- "Si miro hacia atrás, me doy cuenta de
que algunos momentos que consideré de mala suerte, quizá los peores de mi vida,
en realidad fueron la base de otros muy buenos". (Nicolas Cuche).
- "Lo único que hace el protagonista es
lo que la mayoría de los occidentales debiéramos hacer: dejar de preocuparnos
por el futuro, seguir nuestro instinto y no darle demasiadas vueltas a
problemas del pasado". (Félix
Herngren).
- "Libérate de la ansiedad, piensa que lo
que debe ser será, y sucederá naturalmente". (Facundo Cabral).
Félix y Facundo, amén, besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario