¡Buenos días!
Os garantizo que no voy a
sermonearos, como jamás creo que hago en estos matutinos, si acaso a
requebraros, como tratan de hacer conmigo cada mañana mis hadas y ninfas, pero
desde luego tendréis siempre abiertas las puertas de este redil mañanero para
que entréis o salgáis a vuestro antojo. Este sol canicular sigue agobiando con
fuerza (38ºC de máxima prevista, que así llevamos varios días), teniéndonos
amodorrados y acorralados a la sombra casi todo el día, sin saber muy bien que
hacer, aunque mañana y pasado aflojara bastante (más de diez grados), para
volver a repuntar a primeros de la semana siguiente, siguiendo el verano en
todo su normal esplendor.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Borgman", de Alex van Warmerdam,
y con Jan Bijvoet, Hadewych Minis, Jeroen Perceval, y Sara Hjort Ditlevsen. Es
el octavo largo de este director holandés, y primero suyo que veo.
Tres hombres van súbitamente
de caza al bosque, uno de ellos un sacerdote que acaba de terminar su misa.
Buscan a un hombre sórdido, Borgman, que vive en un escueto y agobiante zulo
que él mismo ha construido. Por poco escapa de sus perseguidores armados y
avisa a sus compañeros, que viven diseminados por el bosque del mismo modo que
él, escapando cada uno como puede. En su huida Borgman llega a un barrio lujoso
y va llamando puertas, una tras otra, pidiendo que le dejen entrar para tomar
un baño, pues está muy sucio, negándose los sorprendidos habitantes a ello.
Tras una paliza recibida, consigue que le dejen entrar en una de las casas,
afectando la vida de toda la familia.
No me gustó ni me dijo gran
cosa esta extravagancia disparatada de película, una especie de thriller con
toques fantásticos, que empieza bien, pero luego desvaría bastante, recordando
en algo a films de Haneke y otros, pero no llega a casi nada. Parece una
parábola sin moraleja, sin explicaciones, sobre el mal en este mundo
occidental, que no sólo está encarnado en tipos raros, sino también por gente
de lo más normal. El protagonista (y todos los demás personajes sin excepción)
podrían asemejarse bien a un ángel o a un demonio, ¡qué más da!, si son lo
mismo según la mitología cristiana, y de hecho todos llevamos a ambos dentro,
manifestándose uno u otro según la ocasión.
Ahora algo de sabiduría
ajena que he ido reuniendo de aquí y de allá, y os la dejo enseguida bien
arrejuntadita:
- "¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y
por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios". (Gilbert K. Chesterton).
- "Cuando la piedra ha salido de la mano,
pertenece al diablo". (Proverbio
suizo).
- "El demonio del mal es uno de los
instintos primeros del corazón humano".
(Edgar Allan Poe).
- "El pastor esquila las ovejas, no las
devora". (Suetonio).
- "Sin el animal que habita dentro de
nosotros somos ángeles castrados".
(Hermann Hesse).
Besos y abrazos,
Don.
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