¡Buenos días!
Siempre soy bien acogido por
estos matutinos que no cesan de cuidar de mí, sin importarles de dónde y cómo
venga a ellos, siempre comprensivos. Así da gusto estar por aquí, especialmente
junto a mis hadas y ninfas, siempre retozando por las praderas. Como también lo
estoy de estar en estos deliciosos días de primavera, soleados,
agradabilísimos, aumentando su calidez poco a poco, que invitan al hedonismo
bien entendido y a no apolillarse en agobiantes encierros, ya sean exteriores o
interiores a uno.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Matterhorn", de Diederik
Ebbinge, y con Ton Kas, René van't Hof, y Porgy Franssen. Es el debut como
director en el largo de este también actor y guionista.
Un rutinario, metódico, y
muy religioso cincuentón vive solo y apesadumbrado, añorando la ausencia de su
amadísima esposa e hijo, en una pequeña y aislada aldea holandesa, cuya
severísima comunidad religiosa está dominada por su estricto pastor y por su
todavía más, si cabe, puritano acólito. De repente se topa con un vagabundo, un
hombre de su edad, alelado, que no habla y que se comporta como un niño. Lo
acoge como buen samaritano en su casa, pero la rígida moral de sus vecinos pone
en riesgo su reputación. Aun así sigue, cuidándole y educándole como a un hijo,
pues con él tiene una motivación para enfrentarse a su pasado y realizar viejos
sueños, incluso intentar escalar una gran montaña, a cuyos pies se declaró a su
esposa.
Espléndida y originalísima
película esta rocambolesca historia, una especie de tragicomedia de muy
cuidadas maneras formales, muy extravagante, con cierto aire a los films de Aki
Kaurismäki. Plena de situaciones inesperadas, absurdas, desconcierta, sorprende
y emociona. Va de soledad, amor, amistad, libertad individual, y de aceptarnos
a nosotros mismos y a los demás, y ser aceptados; también de tolerancia y
perdón. Si no os importa ver rarezas cinéfilas, os la recomiendo.
Una vez que ya me rompí los
cuernos para hacer este matutino (¡tampoco es para tanto!), ahora os dejo con
la sabiduría ajena, que otros ya se trabajaron antes por mí:
- "Llega un momento en los asuntos de los
hombres en que hay que coger el toro por los cuernos y enfrentarse a la
situación". (W. C. Fields).
- "Envejecer es como escalar una gran
montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre,
la vista más amplia y serena".
(Ingmar Bergman).
- "Todos los actos instintivos aparecen
ocultos bajo ciertos disfraces, con los que voluntariamente nos engañamos para
hacer como que obramos libremente, o por un estímulo libremente aceptado,
cuando lo cierto es que somos muñecos".
(Ángel Ganivet).
- "Sólo si me siento valioso por ser como
soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero". (Jorge Bucay).
- "Nuestro gran tormento en la vida
proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir
de esa soledad". (Guy de
Maupassant).
- "El amor nace de un flechazo; la
amistad, del intercambio frecuente y prolongado". (Octavio Paz).
- "El amor consiste en dos soledades que
se protegen, limitan y procuran hacerse mutuamente felices". (Rainer María Rilke).
- "A perdonar sólo se aprende en la vida
cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho". (Jacinto Benavente).
Besos y abrazos,
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