viernes, 30 de enero de 2009

Bailando al son de los matutinos

¡Buenos días!

Después de varios días de agradabilísimas temperaturas, para lo que se estila por estas tierras en invierno, que rondábamos los 10ºC sin apenas viento, y siempre con muy gris nubosidad, casi todo permanece constante hoy salvo las nubes, que tenemos un azulísimo día de sol, sin apenas nubes que, más que manchar, realzan el día. Así pues, me inundan, como a la mayoría de ríos del norte peninsular, una inmensas ganas de desborde vital, y de bailar al son que quieran marcarme mis hadas y ninfas ribereñas. Es más, me invade una exultante sensación de bienestar y de amor hacia todo lo que me rodea.

Ayer por la tarde estuve en el cine, pero no como suelo los jueves, en el Aula de Cine de la Universidad de Burgos, de la que deserté con remordimientos, sino viendo una película que proyectaban una serie de ONG's para conmemorar el día de la paz y no violencia (que es hoy). Cuando ya tenía comprada la entrada me enteré que el film glosado hoy se estrenará comercialmente el próximo 13 de febrero ... y debí haber escogido la de la universidad, pero en fin ...

Se trató de la película israelí "Vals con Bashir" ("Waltz with Bashir"), de Ari Folman. Esta estupenda película es una suma de cine bélico, documental y de animación, que nos relata el proceso de recuperación de la memoria del propio director, de cuando participó a primeros de los años 80, como soldado del ejército israelí, en la invasión del Líbano, que incluyó la masacre de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila, episodio del que no recordaba nada, aunque participó en él. Lo hace por medio de entrevistarse con antiguos compañeros a lo largo de todo el mundo, para tratar de hacer aflorar recuerdos censurados por su mente y de recomponer el rompecabezas de hechos reales y sueños y pesadillas entremezclados.

Por eso de no recordar hechos horribles en los que se participa, recuerda al film nigeriano "Ezra", glosado aquí hace dos semanas justas. También me recordó a una delicia japonesa de animación, del año 1988, "La tumba de las luciérnagas" (ved su matutino más abajo), también un crudísimo alegato antibelicista con cierto toque poético, lo que suavizaba en parte, junto con el hecho de la animación en lugar de imagen real, el horror de lo que se cuenta.

En definitiva, a pesar de un pero que os desvelaré más adelante, una espléndida película, original y hermosa, rodada en animación Flash, con un horrible toque al final de crudo documental sin animar y que os recomiendo. Nos da que pensar, ya que masacrar al rival no es garantía de un futuro en paz, ni resuelve los problemas, que eso siembra más odio y más afán de venganza. Además, el director se plantea como un hijo de una víctima de Auschwitz, como él, se pudo convertir en verdugo de otra masacre. Una película, especie de autoexpiación del director, para tratar de recuperar su memoria de los hechos, que ya sabemos que no necesariamente nuestros recuerdos coinciden siempre con la realidad que hemos vivido (esto se explica muy bien en el film). Un certero análisis de la memoria histórica y de la condición humana, donde mientras vemos el proceso de afloración de recuerdos nos vamos involucrando con el personaje hasta recibir en nuestros redaños el golpe final.

Hubo un detalle que no me gustó demasiado, y es que parece dar a entender, hacia el final, como si se tratase de algunos aparentemente descuidados flecos deshilachados, que en realidad los israelíes no fueron plenamente responsables, pero aunque así fuera, sí que consintieron y facilitaron, por propio interés, a los falangistas cristianos libaneses el genocidio de Sabra y Shatila en medio de la guerra civil libanesa. Es más, la escena que da título al film refuerza, según mi opinión, la connivencia entre israelíes y cristianos en la matanza; escena en la que un soldado israelí enardecido sale de su trinchera y se pone a disparar a los francotiradores en Beirut mientras baila al son de balas enemigas que nunca le dan, con el fondo de una gran imagen de Bashir, el líder cristiano-falangista libanés, recién asesinado cuando apenas llevaba unos días como presidente del Líbano. Asesinato que provocó que se desatara la furibunda venganza y masacre.

Bueno, que ya me mareo de tanto bailar, serenémonos con algo de sabiduría ajena:

- "Ojo por ojo, ... y todos acabaremos ciegos". (Mahatma Gandhi).

- "Aborrezco la violencia y la intolerancia en cualquier forma o manera. Nunca consigue ni impide nada. Una revolución tiene que establecerse a plazos. Es un absurdo patente que salta a los ojos odiar a otros porque viven a la vuelta de la esquina o porque hablan otra lengua vernácula". (James Joyce).

- "La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve y, por tanto, no conduce nunca a una paz permanente". (Martin Luther King).

- "El verdadero mal para el hombre no es el que sufre, sino el que hace". (Alessandro Manzoni).

- "Estamos obligados a luchar enérgicamente contra todos los eventuales gérmenes de odio colectivo". (Václav Havel).

Besos y abrazos,

Don.

---------------------------------------------

Matutino luminoso
(Viernes, 4 de junio de 2004)

¡Buenos días!

Otro radiantísimo día a la vera del Arlanzón, con un cielo con aspecto de cristal azulado, y una luminosidad que casi hace daño a los ojos, incluso a los de un tipo básicamente mediterráneo, relativamente moreno y de ojos pardos, como yo. ¡Qué lástima no tener ojos de gato!, esos que permiten ver con bastante nitidez en la oscuridad y cuyas pupilas se entornan con eficiencia por el día, para mejor ver pasear a las gatitas ronroneantes por entre el sotobosque de la ribera. O tener visión ultravioleta, como los abejorros, para mejor poder apreciar las hermosas excelencias de las florecillas que también caminan por entre la arboleda ribereña.

Ayer volví a ver otra de esas películas que programan los de la Universidad de Burgos, esta vez un ciclo de animación, en el que proyectaron la animación japonesa "La tumba de las luciérnagas", de Isao Takahata. Este film es un clásico de la animación (es de 1988); y está considerado, según algunas clasificaciones, como una de las 250 mejores películas de toda la historia del cine. Además, este director es el mismo que el de las series de TV "Heidi" y "Marco".

Es un emotivo relato sobre dos hermanos huérfanos (un niño y una niña de 14 y 5 años, respectivamente) durante el final de la 2ª Guerra Mundial en un Japón arrasado por las bombas. Dura historia, alegato antibelicista, bañada por un barniz suavizante de poesía en imágenes, que hace más llevadera la situación. Durante bastantes ratos es hermosísima (impresionante calidad en la animación, nada que ver con la de "Heidi" y "Marco"), y nos habla de que todos, especialmente los niños, somos como luciérnagas, que emitimos una brillante luz mientras vivimos, y que desaparece con nosotros ... y ¡qué pena que sea tan breve!, especialmente en el caso de luciérnagas y niños.

Pues ahora un poquito de sabiduría ajena que nos ilumine, aún más si cabe, para mejor poder apreciar lo hermoso de este mundo:

- "La idea es el polen luminoso y maravilloso de esa flor divina que se denomina inteligencia. La inspiración lo arranca y el viento de la publicidad lo traslada en sus alas para fecundar almas lejanas y sedientas de saber". (Amado Nervo).

- "Hay quienes pasean por el bosque y tan solo ven leña para el fuego" (Proverbio ruso).

- "La ciencia de lo bello es una extravagancia inventada por los filósofos para la más grande hilaridad de los artistas. La belleza es un estado de ánimo". (Émile Zola).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: