lunes, 15 de marzo de 2010

Armónicos acordes matutinos

¡Buenos días!

De vuelta del fin de semana me he encontrado a la vera del Arlanzón con un armonioso día de fresca pre-primavera, que a nuestra prima de calendario ya le queda menos de una semana para que entre en nuestras vidas. Sol de rompe y rasga, tanto que no queda el más leve retal nuboso, temperaturas apacibles de unos 10ºC al mediodía y suave brisa que no hiela, sino más bien refresca los primeros agobios térmicos tras casi infinitos días de gris nubosidad, nevadas, lluvias y mucho frío. Esperemos que este precioso concierto climático que se oye ya por entre las veredas ribereñas, que anuncia una explosiva primavera, siga de modo tan armónico como hasta ahora ... seguro que lo hará ... no puedo esperar menos de mi bien amada ribera.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El concierto" ("Le concert") de Radu Mihaileanu, y con Alexei Guskov, Mélanie Laurent y Dimitri Nazarov. De este director vi hace poco en DVD su anterior película, "Vete y vive"" ("Va, vis et deviens", 2005), cuyo matutino podéis ver pinchando aquí.

Hace 30 años en la URSS, el mejor director de orquesta soviético, que dirigía la orquesta del Bolshoi, es despedido por oponerse a la purga de los músicos judíos de su orquesta. Condenado al ostracismo, hoy día sigue trabajando en el Bolshoi, ... ¡como limpiador! Un día intercepta un fax dirigido al director del Bolshoi en la que se requiere a su orquesta para una actuación en París. Entonces toma la decisión de ocultar el fax, reunir a sus antiguos compañeros represaliados y suplantar a la actual orquesta.

Una muy buena película, una tragicomedia con mucho sentido del humor y con la que me reí mucho, mucho, con cierto toque irónico, que nos habla, como en anteriores películas suyas, de la impostura, de la adopción de una nueva identidad (falsa identidad) para poder sobrevivir, sea física (como en su anterior film) o anímicamente (como en este caso). Una historia sobre recuperar la dignidad perdida y tratar de volver a ponerse en pie tras una humillación. El concierto no es más que una metáfora de que todos y cada uno de nosotros, como individuos, somos necesarios para desarrollarnos armónicamente en conjunto, como sociedad; que si el violín no suena bien, por bien que lo hagan los otros, la orquesta no funcionará armónicamente, y viceversa. Vemos como los antiguos compañeros, toda una desconcertante banda de deharrapados, compuesta de judíos, gitanos, y rusos que les apoyaron (y por tanto también depurados en su día de la orquesta) pueden, y de hecho lo consiguen, no sin algunas vicisitudes que pronostican el caos, funcionar en armonía.

Por supuesto, la banda sonora, casi toda con piezas del "concierto para violín y orquesta" de Tchaikovsky, es fabulosa. Por poner un pero, toda la historia melodramática de la ahijada que se resuelve en el final, en el concierto, sobra según mi entender, porque resta protagonismo a lo esencial de lo que se nos trata de contar y porque ese toque melifluo diluye en parte la socarrona guasa restante, lo mejor del film.

Ahora, un poquito de sabiduría ajena que nos ayude en nuestras armonías vitales:

- "La armonía de las almas no depende del parentesco de los cuerpos". (Friedrich von Schiller).

- "El alma es un acorde; la disonancia, su enfermedad". (Pitágoras).

- "Una pasión duradera es una especie de obra maestra declamada por artistas habilísimos para hacer de cada deseo un acontecimiento y de cada sonrisa un cambio de escena". (Duquesa de Abrante).

- "La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas". (Miguel Ángel Buonarroti).

- "Tendríamos que asemejarnos a las abejas: separar las distintas cosas que hemos extraído de las diversas lecturas y, después, con atención de nuestro ingenio y de la mente, reunir aquellas distintas cosas en un todo armónico". (Séneca).

- "Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos". (Oliver Goldsmith).

Besos y abrazos,

Don.
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