viernes, 5 de marzo de 2010

Matutino que otea música de allende

¡Buenos días!

Aquí, desde la atalaya de mi ventanal, atisbo con dificultad allende el Arlanzón, que la turbia y gris nubosidad me lo pone difícil. Además, hace mucho frío, nada que ver con recientes pasados días de suave clima invernal. Sopla viento del norte, muy frío, del que desazona, el cuerpo y casi el alma. A tal efecto, como mitigador de destemplanzas anímicas, nada como algo de cálida música, como la que escuchaba anoche en mi casa. Un CD de una artista desconocida para mí, hasta que alguien, hace dos años, me hizo copia de un disco suyo (comprado en Etiopia), y me cautivó con sus cadenciosos ritmos y suave voz: Gigi (Ejigayehu Shibabaw), cantante etíope afincada en Estados Unidos que os recomiendo que oigáis.

Ayer por la tarde estuve de nuevo en el Aula de Cine de la Universidad de Burgos donde, durante este mes de marzo, dedican un ciclo al cine documental de temática musical. Estuve viendo "Checkpoint Rock. Canciones desde Palestina", de Javier Corcuera y Fermín Muguruza. En este documental se nos muestra un repertorio de músicos palestinos, quienes en un entorno tremendamente difícil expresan a través de su arte sus sentimientos y reivindicaciones por la situación que viven. Todos tienen su mérito, pero a mí me gustaría destacar a dos, porque me encantaron: una cantante de música tradicional con aires mediterráneos, al estilo de Mª del Mar Bonet, o de la helena Savina Yannatou, la más angelical voz que jamás haya oído (podéis ver su matutino más abajo); una joven rapera con buena voz y buenas rimas; y sobre todo, un trío de laúdes (tres hermanos) que interpretaban una preciosa música cadenciosa, como de letanía, que adornaba unos poemas de un poeta local recientemente fallecido.

Ahora, para ayudarnos a mejor vislumbrar lo que esté por acontecer, un poquito de sabiduría ajena, que seguro mejora si la mecéis con algo de buena música:

- "Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro". (Emily Dickinson)

.... o un buen disco, o película, o ...

- "El signo del verdadero poeta es, ante todo, su humildad, que le deja oír y decir cosas santas; y el signo del falso poeta es su gran vanidad, que, llenándole la cabeza de viento, no le deja oír ni decir más que vanas sonoridades". (Juan Maragall).

- "Donde mueren las palabras, nace la música". (William Shakespeare).

- "El hombre sin espíritu musical y que no se conmueve con la armonía de dulces sonidos, es capaz de todas las traiciones, insidias y latrocinios". (William Shakespeare).

- "La música da alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza y vida y alegría a todas las cosas". (Platón).

Besos y abrazos,

Don.

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Cultural matutino
(Lunes, 8 de mayo de 2000)

¡Buenos días!

A pesar de leves chaparrones, está haciendo unos muy primaverales días en esta ciudad a la ribera del Arlanzón. Este fin de semana me he quedado aquí, asistiendo a diversos actos culturales.

De jueves a sábado fueron las Jornadas de Lírica y Burla.

(.....)

Y el domingo, casi por sorpresa, me compré a última hora una entrada para oir a Savina Yannatou y a su grupo instrumental "Primarera en Salónico", impresionante vocalista e impresionantes músicos.

Os voy a transcribir literalmente la crítica que apareció hoy en el Diario de Burgos, que se titula "La voz de las mil y una noches", y con la que estoy totalmente de acuerdo:

"Las metáforas al uso suenan bastante insípidas para que ustedes se hagan una idea del inconmensurable concierto que ayer pudimos escuchar en el Teatro Principal. ¿Canta Savina cómo los ángeles?, ¿cómo un ruiseñor? No sabría que palabra emplear. Tan solo les diré que canta como le da la gana, sin ningún límite técnico ni expresivo: la voz soñada en texturas y matices.

Todos pudimos comprender que la intérprete griega ha recibido un don, divino o genético, según prefieran. Salió al escenario de forma tranquila y pausada. En un dulce susurro se presentó en correcto español -pronuncia con un acento de gran belleza, aunque no habla español-, antes de que una voz preciosa, aterciopelada, rompiese el silencio expectante del teatro, con un sonido de una pureza extrema. Quién más y quién menos sintió un escalofrío al oír las primeras notas "a cappella" de la cantante ateniense.

(Nota de Donato: a mi se me extendió el escalofrío durante las primeras canciones, hasta que me acostumbré a estar en el paraíso de las voces).

Como flotando sobre el escenario, sin apenas moverse, ni para marcar el compás, Yannatou inició un viaje de ecos antiguos por la música popular y tradicional del Mediterráneo, entendido como un mundo de mestizaje cultural que nadie como los nacidos entre oriente y occidente saben elevar hasta lo sublime.

Melodías corsas, albanesas, búlgaras, arábigo-andaluzas, sefardíes,... fueron ejecutadas, en un diálogo de sensibilidades con la solista, por un maravilloso grupo de instrumentistas, muy amigos de la improvisación y de las tendencias más innovadoras en la revisión del folklore.

(Nota de Donato: si sois aficionados a la música que suele poner en sus programas radiofónicos Ramón Trecet, os gustaría mucho).

De los vapores de la borrachera musical sólo me queda una pena. Me gustaría que Burgos recibiera la próxima vez con el cartel de "no hay entradas" a ese talento diamantino, propio de la exquisitez que en otro tiempo hizo legendaria a la civilización que la artista encarna".
(Nota de Donato: el patio de butacas estuvo lleno al 90%, no así el paraíso).

Besos y abrazos,

Don.
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