martes, 14 de octubre de 2025

Tararí: Cambio de suerte matutina

¡Buenos días!

Tararí. Ya me gustaría decirle "tararí que te vi" a estos días que últimamente estamos teniendo y que remedan el veranillo, para poder ponerme a capear con tronío a la fina y caladera lluvia otoñal, pero de momento queda aguantar las puntadas que este sol cada vez menos morlaco nos va tirando en cuanto salimos del tendido de sombra. La máxima prevista para hoy por los madriles será de unos 25ºC, buen clima sin embargo para disfrutar de un paseo, o paseíllo, antes de ponerme a repicar las teclas, sin pullas ni puyazos de por medio, a ser posible, y comenzar esta buena faena matutina.

Tararí. Este fin de semana, en tres breves arreones, en tres faenas no precisamente de aliño, en arrimado mano a mano que mantuve con la pantalla, de negro zaíno tan solo en el instante inicial, terminé de ver la serie de televisión, en Disney+, "La suerte: Una serie de casualidades" (2025), creada por Paco Plaza, Paco Guerrero, Borja González y Diana Rojo, dirigida por Paco Plaza, e interpretada por Óscar Jaenada, Ricardo Gómez, Óscar Higares, Carlos Bernardino y Pedro Bachura, entre varios otros más. Cual canónica corrida de toros, consta de una temporada con seis capítulos, seis, de unos treinta y muy pocos minutos de duración cada uno, fáciles de lidiar, casi en menos de lo que dura un lance taurino con todas sus suertes. De su director y coguionista había visto tan solo una de las anteriores películas que dirigió, "Quien a hierro mata" (2019), cuyo refranero título puede tener relación, digamos que tangencial, con la serie hoy glosada.

Tararí. Un joven, que está preparando oposiciones para ser abogado del estado y que trabaja eventualmente en el taxi de su padre, que está a poco de jubilarse, se topa casualmente con unos clientes que le piden que lleve urgentemente al hospital a uno de ellos, gravemente enfermo, al conductor que habitualmente transporta a un legendario torero y a toda su cuadrilla de aquí para allá. Para sustituirle, le proponen que sea su conductor privado mientras se cura y estén por su ciudad hasta que se celebre la corrida que allí tienen. El torero, supersticioso como la gran mayoría (por no decir todos) de los de su gremio, que está de capa caída en lo personal y profesional, posiblemente en su última temporada antes de retirarse, triunfa inesperadamente, saliendo por la puerta grande en ese festejo, y lo achaca a la suerte que le ha traído su nuevo conductor, así que le piden insistentemente, casi sin darle opción a decir que no, a pesar de que se declara antitaurino, que se quede con ellos para el resto de la temporada, recorriendo toda España de punta a punta. El joven se lo piensa, aunque dado el buen dinero que le pagan y que le facilitan el poder seguir estudiando, al final acepta.

Tararí. Estupenda serie (nota: 8), divertidísima por lo chocante y original en sus formas y tono, especie de sainete o entremés con situaciones absurdas, surrealistas y marcianas, con una mirada extrañada como de pez fuera del agua y cierto aire gansteril (de broma) flotando por doquier (¡Quién dijo miedo!). Más que de toros y toreros, y su mundillo, es una serie que indaga en el universo interior de sus personajes y sus contradicciones, sus dudas y miedos. Sin desmerecer al resto, me encantó el espídico adlátere del torero, fascinante personaje robaescenas (Carlos Bernardino). He leído por ahí que la serie está gustando tanto a taurinos como a antitaurinos, lo que es muy buena señal de que es muy buena, creando puntos de encuentro (con mucho gracejo) entre las normalmente tan enconadas posiciones sobre la cuestión taurina... ¡Ole, ole, y olé, que la convivencia entre distintos es posible, que lo que nos separa es muchísimo menos de lo que nos une a todos y cada uno de nosotros!... No sé si algún día desaparecerán las corridas de toros y similares festejos, para quedar como mera reliquia de museo etnográfico, pero me alegraría mucho si así fuera, y cuanto antes mejor, dado lo antitaurino que soy, y eso que una vez, hace más de treinta años, estuve en Las Ventas y disfruté del espectáculo, que no estaba precisamente en la arena sino más bien en los tendidos, dicho sea esto sin ánimo de querer ofender a nadie.

Tararí. Es una suerte para mí el volver a encontrarme con la sabiduría ajena, sin el más mínimo miedo de tener que encarar a portagayola a estas citas que vinieron a mí con mucho trapío, y con diverso pelaje y condición de pensamiento, buena fuente de higiene mental:

 - "Las oposiciones son el más sangriento espectáculo nacional después de los toros".  (Gregorio Marañón).

 - "Los madrileños se acercan al circo a ver un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres".  (Mariano José de Larra).

 - "Es moral lo que hace que uno se sienta bien, inmoral lo que hace que uno se sienta mal. Juzgadas según estos criterios morales que no trato de defender, las corridas de toros son muy morales para mí".  (Ernest Hemingway).

Tararí. Besos y abrazos,

Don.

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