lunes, 8 de septiembre de 2025

Aprendida lección matutina

¡Buenos días!

Ya sabemos que como estamos todavía de verano astronómico, y también de hecho, aunque no meteorológico, tiene que hacer más o menos calorcito, y aunque no me queda otra que aceptarlo no me resigno, y pienso en cuando llegará mi buen amigo el otoño, aunque desde el punto de vista meteorológico ya debería estar por aquí. Pues eso, hoy toca soleado día, con nubes, y una máxima prevista por los madriles de unos 29ºC. En cualquier caso, me sigo aplicando en aprender lo mejor y más posible, junto a mis queridos matutinos, lo que sea menester.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Lo que aprendí de mi pingüino" ("The penguin lessons", 2025), de Peter Cattaneo, basado en el libro autobiográfico homónimo (2015) de Tom Michell, y con Steve Coogan, Vivian El Jaber, Björn Gustafsson, David Herrero, Alfonsina Carrocio, y Jonathan Pryce. De este director había visto dos de sus anteriores películas, las dos primeras, "Lucky break" (2001) y "Full monty" ("The full monty", 1997).

Año 1976 en Argentina. A un colegio para hijos de las élites del país llega un nuevo profesor para impartir clases de inglés. Es británico y está apesadumbrado, sin ilusión. Al principio se siente como pez fuera del agua y además se topa con unos alumnos sin la más mínima gana de aprender, mimados y malcriados. A los pocos días se produce un golpe de estado en el país, instaurándose una férrea dictadura militar, y las clases escolares son suspendidas por varios días, así que se va con otro profesor a pasar unos días relajados en la vecina Uruguay, donde paseando por la playa se topa con una zona contaminada por un vertido de petróleo en la que varios pingüinos patagónicos yacen muertos embadurnados de chapapote, rescatando a uno de ellos que todavía parece vivo. Lo lava y no sabe qué hacer con él, así que se lo lleva de vuelta, y a escondidas, al colegio. Su contacto con el animal provocará un vuelco total a su vida, sacándole de su atonía vital, y no solo a la suya, sino también a la de todos con los que el ave toma contacto, de quien aprenden lecciones de vida.

Buena película (nota: 6), simpática y agradable de ver, de esas de buena gente y buenos sentimientos que te hacen sentir mejor, que quiere tocarte la fibra sensible, especialmente hacia el final, con situaciones algo extravagantes, que trata de destilar, no del petróleo precisamente, ciertas reflexiones sobre el extrañamiento de los que están fuera de su entorno, de encierros y libertad, de enjaular al otro, por distinto, en las que el plumífero funciona como metáfora, amén de como catalizador para sacar a flote lo mejor de nosotros. También nos habla de no aceptar por las buenas lo impuesto, especialmente si es por la fuerza.

Bueno, que ya están aquí, ya llegan a nosotros, no precisamente volando, estas citas de sabiduría ajena que espero nos enseñen lo mejor posible a liberar nuestras mentes de lo pernicioso que pueda guarrearlas:

 - "La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón".  (Howard G. Hendricks).

 - "Los animales son buenos amigos, no hacen preguntas y tampoco critican".  (George Eliot).

 - "Existen tres clases de inteligencia: la inteligencia humana, la inteligencia animal y la inteligencia militar".  (Aldous Huxley).

Besos y abrazos,

Don.

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