lunes, 19 de febrero de 2024

Matutina muñequita florero

¡Buenos días!

Otro rabioso día de soleadísima primavera, con máxima prevista para hoy por los madriles de 18ºC, en medio del que debería ser crudo invierno, cuajado de flores por doquier, por el suelo y por las copas, toda una monada, y que lucen esplendorosamente; pero no, no debería ser así, están totalmente fuera de lugar, como forzadas a lucirse sin ser su natural momento, a modo de desnortada jaula de oro cual antinatural invernadero climático. Por lo demás, ante tal tesitura, cuidaré con mimo y esmero a este matutino que ahora tengo entre mis brazos, entre mis dedos que teclean, pero al que no retendré contra su voluntad y dejaré volar a su albedrío en cuanto perciba que lo necesita.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Priscilla" (2023), de Sofía Coppola, basada en las memorias de la protagonista, y con Cailee Spaeny y Jacob Elordi. Es la octava película de esta directora, de quien había visto, salvo su anterior más reciente, cosas de que solo la emiten en una plataforma, una de tantas a las que no estoy suscrito, sus otros seis, a saber, "La seducción" ("The beguiled", 2017), "The bling ring" (2013), "Somewhere" (2010), "María Antonieta" ("Marie Antoinette", 2006), "Lost in translation" (2003), y "Las vírgenes suicidas" ("The virgin suicides", 1999), con la que debutó.

En 1959, Priscilla, una chica de 14 años e hija de un oficial destinado en una base norteamericana en Alemania, conoce en una fiesta a Elvis Presley, de 24, ya toda una rutilante estrella de la música, idolatrado por legiones de fans, y al que le quedan pocos meses para terminar su servicio militar obligatorio allí. Flechazo mutuo, e idilio casto y platónico hasta que él debe partir. Unos cuatro años después, cuando ella creía que la había olvidado, recibe una llamada de él diciéndole que no puede apartarla de su memoria e invitándola a visitarle en su mansión Graceland, como en un cuento de hadas.

Buena película (nota: 6), en la que lo que más me gustó, y mucho, fue su primer cuarto de metraje, por el modo de retratar tan sutilmente un enamoramiento primerizo, que luego, a pesar de seguir con el estilo narrativo y visual propio de su creadora, que tanto me gusta en general, en esta ocasión no fue tanto, fue de las que menos me han gustado de las suyas. Nos narra la relación entre Priscilla y Elvis desde que se conocen hasta que se separan, poco antes de su divorcio, desde el punto de vista de ella, y que podría ser vista como la cara b, el lado oscuro, de lo que se narra en "Elvis" (2022) de Baz Luhrmann, pues muestra una relación amorosa tóxica, con un Elvis cariñoso aunque abusón soterrado que la anulaba, de su maltrato físico y sobre todo psicológico sobre ella, abandonada y sola la mayor parte del tiempo, a la que encerró en una jaula de oro y a la que quería poco más que como mujer florero de salón, una especie de virginal muñeca asexuada, a la que quería más como amiga reconfortante (sin apenas derecho a roce) a su regreso al hogar que como esposa, y a la que lucir de puertas afuera. También puede verse como una historia de como una joven profundamente enamorada va perdiendo su inocencia y reclamando su sitio, y que al no conseguirlo opta con decisión por dejarlo todo atrás.

Ahora, a modo de escogido ramillete floral que engalane nuestras entendederas, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena:

 - "Fueron mis esperanzas
como el almendro:
florecieron temprano,
cayeron presto".  (Cantar popular).

 - "Los ojos de los demás son nuestras cárceles, sus pensamientos nuestras jaulas".  (Virginia Woolf).

 - "No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Solo las personas pueden construir un mundo mejor para ellas. De lo contrario es sólo una jaula".  (Terry Pratchett).

 - "Me gusta ver crecer las flores, pero cuando se cortan dejan de agradarme. Las considero entonces objetos desarraigados y perecederos. Jamás regalo flores a los que amo, ni tampoco quiero recibirlas de un ser amado".  (Charlotte Brontë).

Besos y abrazos,

Don.

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