lunes, 12 de febrero de 2024

Fraternal cambio matutino

¡Buenos días!

El tiempo cambia sutilmente (o no tanto) de un día para otro, incluso de un momento a otro en el mismo día, como ayer, como hoy, con sus nubes, con sus ratos de sol, con sus chaparrones o lloviznas, ambos hermanados para dar sentido al invierno en que estamos y siempre es, y que tras los 6ºC de máxima de ayer, hoy nos regalará unos previstos 15ºC. Vamos, que lo que nunca cambia es que todo cambia, al más puro estilo filosófico de Heráclito.

Este fin de semana estuve en el cine viendo un clásico. Se trató de "Las hermanas Munekata" ("Munekata kyodai", 1950), de Yasujiro Ozu, y con Hideko Takamine, Kinuyo Tanaka, Ken Uehara, Chishu Ryu, So Yamamura, y Sanae Takasugi. De este magistral director japonés tan solo había visto una más de sus otras películas, la que dicen que es su obra cumbre, y también obra maestra para mí, "Cuentos de Tokio" ("Tokyo monogatari", 1953).

Al señor Munekata, un anciano afable y conciliador, su médico y amigo le ha diagnosticado que padece cáncer y que no vivirá más de seis meses, o un año en el mejor de los casos. Tiene dos hijas, separadas por bastantes años. La mayor es una mujer tradicional que viste kimono y está casada con un tipo amargado, abatido y alcohólico que hace años está en paro, lo que la hace infeliz, aunque lo lleva con resignación; y la pequeña es una joven moderna que viste ropa occidental y es desinhibida y algo deslenguada. Ambas conviven en el mismo domicilio y trabajan en el bar propiedad de la mayor. Un día llega para visitar al padre un hombre que regresa a Japón tras muchos años de haber estado trabajando en Francia, y que en sus años mozos estuvo enamorado de la hija mayor, y viceversa, aunque nunca se confesaron entonces su respectivo amor. La hermana menor, tras haber leído a escondidas el diario juvenil de la mayor, hará porque se vuelvan a juntar de nuevo, aunque ella también se haya enamorado secretamente de él.

Muy buena película (nota: 7), con la inteligencia y sensibilidad tan propias de su director, y en parte del cine japonés y oriental en general, en el tratamiento de los temas de los que nos habla. Sin embargo, no sé muy bien porqué, a pesar de su exquisita composición de planos y su hondo conocimiento del alma humana y sus tribulaciones, en este caso la historia no me llegó del todo, no me tocó tanto como en otras ocasiones, como en el caso de la maravillosa y magistral "Cuentos de Tokio". Podría decirse que es un melodrama romántico, pero pasa tan sutilmente por ello que apenas si te das cuenta que lo es, centrándose más bien en otras cuestiones, tales como de diferencias generacionales, pues aunque son hermanas, su edad y actitud es tan distinta que podrían pasar por madre e hija, cosas del rompedor abismo de la guerra y la derrota japonesa y consecuente colonización cultural estadounidense; así como del dilema entre modernidad versus tradición y de cómo reconciliarlas con respeto y sabiduría.

Pues una cosa que no cambia es la sección de sabiduría ajena, pero sí las citas que contiene, que espero hermanen hoy bien entre ellas:

 - "Respeta a aquellos que crecieron y aprendieron contigo. Respeta a aquellos que te enseñaron. Cuando llegue el día cuenta tus historias a los demás, así la comunidad podrá seguir existiendo y las tradiciones seguirán siendo las mismas".  (Paulo Coelho).

 - "El mayor azote de la vida moderna es tener que dar importancia a cosas que, en realidad, no la tienen".  (Rabindranath Tagore).

 - "Para crear debes ser consciente de las tradiciones, pero para mantener las tradiciones debes de crear algo nuevo".  (Carlos Fuentes).

 - "Pide prudente consejo a los dos tiempos: al antiguo, sobre lo que es mejor; al moderno, sobre lo más oportuno".  (Francis Bacon).

Besos y abrazos,

Don.

_____

No hay comentarios: