¡Buenos días!
La primavera parece haber aprendido de los pasados días de cierto desafuero debidos a su querencia por ser verano antes de tiempo, y desde hace ya unos días, y lo seguirá haciendo en los siguientes, ser como se espera que sea, revoltosa, siendo todo y nada a la vez, con sol, nubes, eventuales chubascos, que por los madriles todavía no han sido, frescachonas ventoleras, y alegría de vivir sin ser aplastada por calorinas insolentes. Pues para hoy tenemos eso mismo, con 22ºC de máxima prevista. Por lo demás, no ceso de aprender, sobre mí mismo y mis circunstancias, comprendiéndome, comprendiéndolas, gracias a mi afectuosa relación con estos matutinos, lo que seguro me permitirá encarar con bien los eventuales avatares que vayan surgiendo a mi paso.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "Dialogando con la vida" ("Le lycéen", 2022), de Christophe Honoré, y con Paul Kircher, Juliette Binoche, Vincent Lacoste, y Erwan Kepoa Falé. De este director francés había visto una de sus anteriores películas, "Habitación 212" ("Chambre 212", 2019).
Un joven de 17 años ve como su vida, la interior fundamentalmente, cambia de golpe tras el fallecimiento de su padre en un accidente de tráfico. En este doloroso trance su atribulada madre le anima a que se vaya a pasar unos días con su hermano, mayor que él, que vive y trabaja en París, para tratar así de que pueda superar esos duros momentos anímicos.
Película que no me llegó (nota: 4), no me agradó especialmente su modo de narrar, me pareció más larga de lo que ya de por sí era (poco más de dos horas), aunque alguna escena que otra sí que me gustó. En general me decepcionó, habida cuenta de lo mucho que me gustó la anterior película suya que había visto. No conecté con las tribulaciones de su protagonista, sumido en la montaña rusa de emociones propia de un adolescente, exacerbadas por la pérdida de un ser querido, totalmente desorientado, sin saber cómo gestionar sus emociones, cuajadas de honda angustia vital, lo que le asoma al abismo de la locura, ni cómo afrontar adecuadamente el necesario duelo. En este abrupto proceso irá creciendo emocionalmente, no sin quedarse con las cicatrices que esto deja y tanto marcan.
Ahora toca la sabiduría ajena, con la que espero seguir aprendiendo, con estas citas que parecen diálogo, por eso de los guiones que las preceden, pero más semejan sucesión de pequeños monólogos interiores:
- "El hombre es un aprendiz: el dolor es su eterno maestro". (Alfred de Musset).
- "La existencia es esfuerzo, es deseo, es dolor". (Giovanni Papini).
- "El secreto de la existencia humana está no solo en vivir, sino también en saber para qué se vive". (Fiódor Dostoievski).
- "No es hasta que nos damos cuenta de que significamos algo para los demás que no sentimos que hay un objetivo o propósito en nuestra existencia". (Stefan Zweig).
Besos y abrazos,
Don.
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