lunes, 5 de abril de 2021

El horizonte ante los matutinos

¡Buenos días!

Nuevas perspectivas se abren ante nosotros en esta mañana que hoy recién comienza, ofreciéndonos la posibilidad de transitar por alternativos caminos que seguro nos llevan, tan bien también como los usualmente transitados, hacia los confines del horizonte que, cual Roma, a todos los acoge en su redonda infinitud que nos guía. Mañana que nos recibe con otro plácido día de primavera, con sol y nubes, y máximas de temperatura apuntando algo más allá de la veintena, que casi aconsejan ponerse horizontal a la sombra de un árbol cuando el calor más apriete aunque la veraniega calorina aún quede lejos.

Hace unos días, entre torrija y torrija pascuales, estuve en el cine viendo "El horizonte" ("Le milieu de l'horizon", 2019), de Delphine Lehericey, basada en la novela homónima de Roland Buti, y con Luc Bruchez, Laetitia Casta, Thibaut Evrard, y Clémence Poésy. Es la primera película que veo de esta directora suiza.

Verano de 1976. Una larga e inusual ola de calor asola Suiza y la consecuente sequía agosta cultivos y provoca enorme mortandad entre los animales de granja. Un chaval de 13 años disfruta sus vacaciones en la granja de sus padres, en la que vive con estos y una hermana mayor, echando una mano en las labores cuando le requieren, a lo que suele acceder de mala gana. Pero la habitual estabilidad de su hogar empieza a cuartearse bajo el tórrido sol y sus nefastas consecuencias en la economía familiar, haciendo que sus padres se distancien, lo que provoca el cabreo e incomprensión del muchacho, que no asume los cambios que van desmoronando su mundo.

Película que, cual inalcanzable horizonte, no me atrapó (nota: 5) por mucho que intentara conectar con esta historia, que a ratos me agradó pero en otros casi que me desagradó, de un preadolescente incapaz todavía de gestionar adecuadamente el tumulto de nuevos sentimientos que se le agolpan en su proceso de rápido crecimiento, no solo físico, sino emocional, en un tórrido entorno, de calor y muerte, con nuevos aires que no solo arruinan la precaria economía agraria tradicional de su familia, sino la estabilidad matrimonial de sus padres.

Pues se acerca el momento de la sabiduría ajena, y ya le alcanzamos con este par de tres citas, ménage à trois bastante horizontal a causa de la palabra de más de dos letras que más se repite en ellas:

 - "El horizonte es negro, la tempestad amenaza; trabajemos. Este es el único remedio para el mal del siglo".  (André Maurois).

 - "Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte".  (Konrad Adenauer).

 - "El horizonte está en los ojos y no en la realidad".  (Ángel Ganivet).

Besos y abrazos,

Don.

_____

No hay comentarios: