jueves, 22 de abril de 2021

Matutino pulular de nubarrones

¡Buenos días!

Enorme nube, toda una muchedumbre a borbotones, la que forman en mi zumbón cráneo todos los matutinos que fueron, este que es, y casi los que serán... voy a tener que liberarlos antes de que terminen por hacerme algún desperfecto en mi atolondrada cabeza, atrapando solo a este en formación, que solito es más manejable que junto a la turba de sus compañeros bullendo dentro de mí, distrayéndome de lo esencial. Y negros nubarrones siguen planeando por encima de nuestras cabezas, entre nosotros y el celeste, que no se deja ver y que, además de con rayos y truenos, nos atosigan con frenéticos chaparrones que van y vienen, enjambres de gotitas, o goterones, según los casos, que se precipitan sin remisión. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 17ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La nube" ("La nuée", 2020), de Just Philippot, y con Suliane Brahim, Sofian Khammes, Marie Narbonne, y Raphael Romand. Es el primer largo que veo de este director francés.

Una agricultora, recién viuda y con dos hijos, la mayor ya adolescente, tiene grandes dificultades, a pesar de sus denodados esfuerzos, para sacar adelante su granja de cría de saltamontes para alimentación humana y animal. Esto se va convirtiendo cada vez más en una obsesión para ella, viendo como se va a pique su negocio, lo que hace que desatienda el resto de sus obligaciones y que sus hijos, especialmente la mayor, vean con preocupación el devenir de los acontecimientos, mucho más después de un desgraciado (y sangriento) accidente que tiene con sus queridos saltamontes, a los que se entrega en cuerpo (literalmente) y alma, y que oculta a todo el mundo. A partir de ahí, una huida hacia adelante de catastróficas consecuencias.

Película con la que no acabé de conectar (nota: 5), a pesar de su buen hacer, y el de su fascinante actriz protagonista, esta de género fantástico y de terror, y de catástrofes (medioambientales), contenida, y que induce a la reflexión, sobre los daños medioambientales consecuencia de la agricultura intensiva debida a la presión del mercado por abaratar costes a toda costa y esa antinatural obsesión por producir más barato... o no tan antinatural, pues la naturaleza suele primar el conseguir más con el mínimo esfuerzo... aunque todo tiene su límite, que se rompe si se fuerza. Así que habrá que buscar el equilibrio.

Pues ahora unas citas de sabiduría ajena, unas pocas, juntas, pero no revueltas, aunque algo sí, lo suficiente como para generar una tormenta de ideas:

 - "Aprende a vivir aislado y a meditar en soledad; pero si te mezclas con la muchedumbre procura ser, como todos ellos, uno de tantos".  (Cleóbulo).

 - "La multitud, como el mar, es por sí misma inmóvil, es tranquila o procelosa, según sean los vientos o las auras que las conmuevan".  (Tito Livio).

 - "La multitud ha sido en todas las épocas de la historia arrastrada por gestos más que por ideas. La muchedumbre no razona jamás".  (Gregorio Marañón).

 - "Nadie es dueño de la multitud aunque crea tenerla dominada".  (Eugene Ionesco).

Besos y abrazos,

Don.

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