martes, 24 de noviembre de 2020

Al vaivén de mis amados matutinos

¡Buenos días!

Estos matutinos, benditos matutinos, que me reconstruyen cada vez que los habito, van y vienen al albur de sus propios deseos, no sé si de los míos, da igual, al unísono canto de ambos más bien, así que con mutua confianza seguimos navegando a través de nuestras a veces intemporales existencias. Y así, con dulce balanceo, sigue el otoño meciéndonos, hoy con frescor, sol y brumas, y mañana con grises lluvias. Muy fresca madrugada con 3ºC que irá subiendo hasta los 11ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Ondina" ("Undine"), de Christian Petzold, y con Paula Beer, Franz Rogowski, Maryam Zaree, y Jacob Matschenz. Es la novena película de este excelente director alemán, de quien había visto sus tres anteriores, "En tránsito" ("Transit", 2018), "Phoenix" (2014), y "Bárbara" (2012).

Ondina es historiadora y trabaja como guía turística en un museo urbanístico de Berlín. Su novio la deja por otra, y como en el mito nórdico homónimo, según el cual esta especie de ninfas acuáticas de gran belleza ahogan a sus amados cuando estos le son infieles, así le maldice. Pero al poco, en lugar de cumplir su maldición, ella se enamora de otro (este sí que la ama incondicionalmente) y quiere olvidar su despecho por la pasada traición amorosa.

Buena película (nota: 6) esta especie de abisal (por oscuro y profundo) cuento de hadas. Tragedia amorosa de míticas reminiscencias, en la que se trata de eludir la inevitable fatalidad del mito. Esta historia de amores rotos, de desesperación amorosa por la falta de correspondencia, rápidamente enjugada, de amores que van y vienen al son de las olas, me gustó por cómo está contada, por las excelentes maneras de su director, aunque a veces me desconcertara un tanto, y me dejó, salvo momentos sueltos, algo frío, cual si hubiera estado demasiado tiempo dentro del agua.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero os enamoren y provoquen en las entendederas oleadas de placer, cual mar de fondo:

 - "Amar es un mar alborotado de olas y vientos sin puerto ni ribera".  (Ramón Llull).

 - "Bajo los sonidos musicales se encrespa el mar de nuestro corazón, cómo el oleaje bajo los efectos de la luna".  (Jean Paul Richter).

 - "Hay que ser como las olas del mar, que aun rompiendo contra las rocas encuentran la fuerza para recomenzar".  (Sergio Bambarén).

Besos y abrazos,

Don.

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