Por
mero instinto adopto diferentes actitudes, aunque en realidad no tanto, que van
convergiendo según avanza el tiempo, influyendo la una en la otra y viceversa,
según me encuentre en los matutinos o fuera de ellos. Viene a ser lo mismo que
ese refrán sobre el matrimonio que dice "dos que duermen en el mismo
colchón se vuelven de la misma opinión". Pues de tanto dormir arropado,
casi que diría que ahogado por los sudores veraniegos, y por mucho que casi que
odie la canicular calorina, creo que el estío ya es parte de mí propio ser,
mucho más si como en estos últimos días afloja en sus rigores. Hoy tendremos
una soleadísima máxima prevista de 36ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Instinto maternal"
("Duelles"), de Olivier Masset-Depasse, basado en la novela
"Derrière la haine" de Bárbara Abel, y con Veerle Baetens y Anne
Coesens. Es el tercer largo, y primero que veo, de este director belga.
En
Bruselas a principios de los años 60, dos íntimas amigas que viven en sendos
chalets adosados con sus respectivos marido e hijo único, también íntimos
amigos entre ellos, mantienen una relación muy especial. Un día el hijo de una
de ellas fallece en trágico accidente, y la dolida madre echa la culpa a la
otra (que no la tiene en absoluto). A partir de ahí su relación, antes tan
perfecta, se enturbia, pues la primera empieza a comportarse extrañamente y la
otra desconfía y teme que trate de vengarse de algún modo, dejándose llevar por
una intermitente paranoia in crescendo.
Una
buena película (nota: 6) este reposado, tenso e inquietante thriller
psicológico de estupendas maneras formales y actuaciones, que avanza con
pausada intensidad en aumento y que va y viene, donde nunca llegas a tener
claro quien está loco y quien no, y que es lo que ocultan en sus adentros, lo
que genera bastante desasosiego.
Ahora
un par de citas de sabiduría ajena, no sé si antagónicas:
- "Todos los actos instintivos aparecen ocultos
bajo ciertos disfraces, con los que voluntariamente nos engañamos para hacer
como que obramos libremente, o por un estímulo libremente aceptado, cuando lo
cierto es que somos muñecos".
(Ángel Ganivet).
- "A falta de certezas, lo único que nos
queda para guiarnos es el instinto".
(Jonathan Cainer).
Besos
y abrazos,
Don.
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