Hoy
día cuatro me meto de nuevo a este lúdico cuarto matutino para retozar lo mejor
que sé y puedo por entre mis chispeantes sinapsis a ver que consigo sacar de
mis entendederas que me ayude a tratar de comprender, no ya lo que me rodea,
sino además a mí mismo. No hay nada como jugar para mejor lograrlo. Por lo
demás, el verano sigue a lo suyo, despreocupado cual juguetón infante con sus
habituales divertimentos, tales como hacernos sudar la gota gorda sin apenas
movernos. La máxima prevista para hoy será de 35ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo una de animación por ordenador, de la
Pixar, "Toy story 4", de Josh Coley. Es el debut como
director de este guionista y animador de otras de la Pixar. Es la cuarta
entrega de la saga, y la cuarta que veo tras las tres anteriores: "Toy story 3" (2010) de Lee Unkrich; "Toy story
2" (1999) de John Lasseter, Ash Brannon, Lee Unkrich; y "Toy
story" (1995) de John Lasseter, el primer largo de animación por ordenador
(en su totalidad) de la historia del cine.
Los
juguetes del niño protagonista de los anteriores episodios, ya en la
universidad, han pasado a ser de una nueva niña que debe enfrentarse a su
primer día de colegio, donde como primera actividad crea un simple juguete a
partir de un tenedor de plástico desechable que recoge de una papelera y lo convierte
en su bien más preciado. El caso es que este nuevo juguete no se siente tal, no
tiene conciencia de lo que es ahora y no cesa de lanzarse temerariamente a todo
cubo de basura que encuentra, que es lo único que ha conocido en su corta vida,
así que el resto de lúdicos colegas deben ayudarle a saber quien es y cual es
su noble cometido.
Una
más que sobresaliente película (nota: 10), apta para todas
las edades; la mejor con diferencia de toda la saga, por lo que a mí respecta,
y la más madura; de excelentísimas maneras formales y prodigioso virtuosismo
técnico, siempre al servicio de la requetemagnífica historia que nos narra;
profunda, muy, muy divertida y emocionante, incluso emotiva a ratos, en su
justa medida... cosas del amor y las renuncias que conlleva este compromiso.
Rezumando
empoderamiento femenino, nos habla, y muy bien, de varias cuestiones: del
cambio (cosas de crecer y madurar) que sufre no solo la niña sino también sus
juguetes, cada vez más expuestos al mundo exterior en sus aventuras; de la
camaradería entre todos; de no pertenecer a nadie; de saber jugar con cualquier
fruslería (como bien saben hacer los niños), mucho más divertida que juguetes ex profeso; de saber enfrentarse a las
pérdidas (materiales y emocionales); de...
Por
cierto, no salgáis de la sala oscura en cuanto empiecen los créditos finales,
pues durante ellos está lo mejor de la película, brillantísima coda. Tan
refulgente como los cortos Pixar que llevo varios largos echando en falta, casi
siempre mejores que los excelentísimos largos que prologaban o teloneaban...
¿volverán las oscuras golondrinas... que recitaba Gustavo Adolfo Bécquer?
Pues
jugueteando por ahí me encontré estas citas de sabiduría ajena, que espero nos
ayuden a ver el lado divertido de la vida y jugar, en el buen sentido, con
ella:
- "No abandonéis nunca vuestros negocios
por vuestro placer, pero trazaros una especie de regla, que os permita momentos
de libertad y de diversión". (Luis
XIV).
- "Nuestro cerebro es el mejor juguete
que se ha creado. En él están todos los secretos, incluso el de la
felicidad". (Charles Chaplin).
Besos
y abrazos,
Don.
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