Os
ofrezco la ocasión de llevaros por apenas nada, el esfuerzo de leerlo, este
matutino al que tanto aprecio tengo, tanto como al resto de los que fueron. Que
no os duela, que aunque os lo llevéis de gratis, no lo pierdo, que siempre
estará conmigo de uno y otro modo, y con creces. Es como el amor u otras
similares virtudes, que cuanto más se da de él, más le queda a uno en sus
adentros. Ya estamos a menos de un mes para el solsticio de verano, y lo que
queda de primavera parece estar echando el resto en despojarse de sus bienes
materiales para irse sin pesar y dejar paso a la estación que la heredará sin
más apego que el emocional, pues nos regala sol a raudales, alguna alocada nube
despistada entre el celeste, y 29ºC de máxima prevista para hoy por los
madriles.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "La última locura de Claire
Darling" ("La dernière folie de Claire Darling"), de
Julie Bertuccelli, basada en al novela "Faith Bass Darling's Last Garage
Sale" de Lynda Rutledge, y con Catherine Deneuve y Chiara Mastroianni,
madre e hija tanto en la vida real como en esta película. Tercer largo de
ficción de esta directora francesa, de quien había visto su anterior, "El árbol" ("The tree", 2010).
En
un pequeño pueblo francés vive sola en un caserón, antaño mansión, una casi
octogenaria mujer con incipiente demencia senil. Una mañana de verano despierta
convencida de que será el último día de su vida y decide vaciar su casa de
mobiliario, enseres y valiosas antigüedades para vender todo por irrisorios
precios en un rastrillo improvisado en su jardín. Ese mismo día aparece por
allí su hija, a quien hace más de veinte años que ni veía ni sabía nada de
ella, desde que huyó a causa de un drama familiar. Entre visiones, apariciones
y delirios, y los recuerdos que transmiten los objetos vendidos, harán repaso
de su vida y contrición por sus errores pasados.
Una
película (nota: 5) que, sin desagradarme ni llegarme a aburrir, no
me atrapó. Drama existencial suavizado por momentos cómicos, cosas de las
extravagancias de la protagonista, y punteado por interesantes momentos de
realismo mágico, como cuando ambas protagonistas coincidían en el espacio y el
tiempo con ellas mismas a otra edad, observando atónitas las del presente a las
del pasado. Durante una jornada, en la que se recorre toda una vida, se nos
habla de pérdida, memoria, dolor, culpa, reconciliación, y difíciles relaciones
materno-filiales. También de objetos, del apego que podamos tener por ellos, de
lo que nos evocan, de desprendernos de ellos, aunque cueste, cual exorcismo
para librarnos de pesares, aunque perdamos otros añorados recuerdos como efecto
colateral.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena que tal vez nos ayuden a desprendernos de excesos
de locura, y de sensatez:
- "Todo el mundo conviene en que las
mujeres son mucho más fieles que los hombres, empezando por su adhesión
inquebrantable a los viejos objetos propios o de personas queridas, a los
recuerdos materiales o espirituales".
(Georg Simmel).
- "Quien no es capaz de desprenderse de
un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo encadenado". (J. R. R. Tolkien).
- "No hay alma, por poco noble que sea,
que permanezca tan aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se
aparte de ellos para desear un bien mayor". (René Descartes).
Besos
y abrazos,
Don.
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