Jamás
he sabido, y quizá alguien tendrá que enseñármelo, cual es el momento preciso
en que debo partir de aquí, dejarlos a su libre albedrío, y seguir con el resto
de mis cotidianos quehaceres allende el limbo matutino. Si por mí fuera ese
momento jamás llegaría, pero esto no puede ser, así que tendré que hacer lo que
sea menester para que así sea, o no. Por lo demás, la primavera no ve el
momento de que llegue el próximo solsticio para cerrar su ciclo por este año
dado que la siguiente generación, el verano, ya parece haber sentado sus reales
por aquí antes de que llegue su momento de calendario. Hoy 31ºC de máxima
prevista por los madriles, y subiendo todavía más para próximos días.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La última lección"
("L'heure de la sortie"), de Sébastien Marnier, basado en la novela
homónima (en francés) de Christophe Dufossé, y con Laurent Lafitte, Luàna
Bajrami, Victor Bonnel, y Emmanuelle Bercot. Es el segundo largo y primero que
veo de este director francés.
Quedan
pocas semanas para el fin de curso en un prestigioso colegio de secundaria, y
unos jóvenes, de un grupo piloto de superdotados, aislados del resto, hacen un
examen en clase. De repente el profesor abre la ventana y se tira por ella.
Seis de sus alumnos no parecen afectados por el hecho. Para sustituirle llega
un profesor interino y es recibido con fría y sibilina hostilidad por los
chicos y chicas. Trata de reconducir la situación pero no puede y poco a poco
va tomando conciencia del muy extraño comportamiento de los seis, que parecen
estar tramando algo, y se obsesiona con ello.
Una
buena película (nota: 6) este thriller psicológico, de suave terror, con
algunas fugaces escenas desagradables, que comenzó muy interesante pero cuya
inquietante atmósfera en la que el indefinido peligro acecha se fue desinflando
poco a poco, difuminándose. Nos habla de la negra, siniestra visión del futuro
que parecen tener los jóvenes, casi que nihilista, cuyos padres y educadores no
parecen tener conciencia de ello, de su indiferencia ante el mundo que les toca
vivir, no exenta de cierta ira pasivo-agresiva. También de educación
segregacionista y no integradora, a la que se critica; y de cuestiones
medioambientales que amenazan con destruirnos y del pánico colectivo que ello
puede acarrearnos, haciéndonos huir despavoridamente, atenazándonos, o
esperando sin más lo que tenga que suceder cuando sabemos que nada podemos
hacer para evitarlo.
Ahora,
antes de irnos de aquí, unas citas de sabiduría ajena, de las que espero
aprendamos algo:
- "Nos están enseñando a no estar
satisfechos. Ahora hay una exaltación continua del deseo, del consumismo. Somos
codiciosos. Estamos tan preocupados por tener la felicidad que si la tenemos no
nos percatamos". (José Antonio
Marina).
- "La muerte es un impuesto que pende
sobre nuestras cabezas, y no hay otra salida que pagarlo". (Proverbio árabe).
- "Más que en ninguna otra época
histórica, el hombre se enfrenta ahora a una encrucijada: un camino te lleva a
desaparecer y a la desesperanza absoluta, y el otro a la extinción total.
Recemos para tener la sabiduría de elegir correctamente". (Woody Allen).
- "Procura que el mundo de mañana sea mejor:
más culto, más justo, porque tú volverás a él, y cosecharás lo que hayas
sembrado ahora. Dentro de algunos siglos quizás reposes a la sombra de la
encina centenaria que hoy plantaste".
(Amado Nervo).
- "Las personas piensan muy poco en la
muerte. Se pasan la vida preocupadas por cuestiones verdaderamente absurdas,
dejando las cosas para más tarde, evitando toparse con los momentos
importantes. No se arriesgan, porque consideran que es peligroso. Se quejan
mucho, pero se acobardan a la hora de las resoluciones. Quieren que todo
cambie, pero ellas mismas se niegan a cambiar". (Paulo Coelho).
Besos
y abrazos,
Don.
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