Una
mañana más en la que opto por meterme por entre los vericuetos de estos
matutinos que tanto bien me hacen, que tanto saber me aportan, y en los que
suelo hacer de mi capa un sayo, sin nadie que me ponga cortapisa alguna,
desparramando lo que por mis entendederas pulula. El invierno, que ya huele la
primavera, aunque quedan cinco semanas para el solsticio, y sabe lo que le
conviene, se va adaptando... pero no confiemos ciegamente que todavía algún
ramalazo le queda que nos ponga a todos del revés. Aviso para evitar sorpresas.
De momento, hoy muy parecido a lo de ayer, nada de heladas mañaneras, suave
brisa, sol y máxima prevista de 15ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Sofia", de
Meryem Benm'Barek, y con Maha Alemi, Lubna Azabal, Sarah Perles, Faouzi
Bensaïdi, y Hamza Khafif. Es el debut en el largo de esta directora marroquí.
Sofia
es una joven, poco más que adolescente, que vive con sus padres en un barrio
acomodado de Casablanca. Son una familia de clase media con perspectivas de
ascender en el escalafón social. Se queda embarazada y lo oculta a todo el
mundo, y a ella misma (sufre el trastorno de negación del embarazo)... hasta
casi el momento en que rompe aguas cuando su prima se da cuenta y esta le hace caerse
del guindo. Acuden ambas a escondidas de sus padres hasta el hospital, y allí
les dan 24 horas para que faciliten la identidad del progenitor, so pena de
denunciarlo a la policía e ir a la cárcel la madre soltera.
Antes
de seguir, unos apuntes sociológicos: El código penal marroquí castiga con
hasta un año de cárcel el haber mantenido relaciones sexuales fuera del
matrimonio. Cada día, en ese país se producen unos 150 partos
extramatrimoniales, y unos veintitantos de esos bebés son abandonados por sus
madres.
Una
muy buena película (nota: 7), sobria y naturalista, con mucho ritmo y
tensión, sobre todo al principio, un thriller que sigue el deambular y las
secretas tribulaciones de la protagonista, que se van desvelando lentamente, a
regañadientes, dando giros inesperados el devenir de los hechos. Demoledor
retrato social, que atiza a diestro y siniestro, sobre la hipocresía social que
pone muy por encima lo que conviene para guardar las apariencias (por ejemplo,
urgentes matrimonios de conveniencia o, más castizamente, de penalti) sobre los
deseos de cada cual, donde siempre pagan el pato los más débiles, sean las
mujeres o los más pobres, con independencia de su sexo. Costumbres medievales
de ese país vecino que en este nuestro no hace mucho también regían, si es que
aún no lo siguen haciendo a escondidas en ciertos entornos.
Ahora
en la sección de ‘sofía’ ajena, ahí os dejo estas citas, con las que creo nos
conviene ligar un poquito, y a lo mejor salen a la luz sus frutos:
- "Hay una falsa modestia que es vanidad,
una falsa grandeza que es pequeñez, una falsa virtud que es hipocresía y una
falsa sabiduría que es prudencia".
(Jean de la Bruyère).
- "El hombre emplea la hipocresía para
engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a otros". (Jaime Balmes).
- "No creas conveniente actuar ocultando
pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz". (Bertrand Russell).
- "Se llama matrimonio de conveniencia a
la unión entre personas que no se convienen mutuamente". (Alphonse Karr).
Besos
y abrazos,
Don.
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