¡Buenas tardes!
Estos ejemplares y buenos
matutinos, hoy otra vez vespertino, que me instruyen constantemente en las
buenas maneras de razonar, jamás serán puestos en duda por mí aunque,
paradójicamente, siempre desconfíe de la certeza de todo; la sempiterna duda
razonable, en definitiva, que me conduce por el mundo, como al mismo Sócrates.
Pues tras unas dubitativas y tímidas lluvias mañaneras, se nos ha seguido
quedando una muy nubosa tarde, muy otoñal, temperaturas incluidas, que parece
hacernos seguir cuestionando si realmente estamos en invierno, tal y como nos
dice el calendario que debiéramos estar.
Ayer por la tarde estuve
otra vez en el teatro viendo la obra "Sócrates: juicio y muerte
de un ciudadano", escrita por Mario Gas y Alberto Iglesias,
dirigida por Mario Gas, e interpretada por José María Pou, Carles Canut, Amparo
Pamplona, Pep Molina, Alberto Iglesias, Ramón Pujol, y Guillem Motos.
En el año 399 a.C., cuando
tenía 70 años, un jurado popular ateniense condenó a Sócrates a la muerte por
cicuta, y aunque su discípulo Platón, y otros amigos, intentaron liberarlo, él
mismo se negó y, por honesta coherencia con sus ideales democráticos, decidió
cumplir con la sentencia que se le había impuesto. Fue acusado de despreciar a
los dioses oficiales y de corromper la moral de la juventud. Falsas
acusaciones, que en realidad se granjeó enemigos entre los poderosos, a los que
continuamente ponía en evidencia gracias a sus acerados razonamientos y a su facilidad
de oratoria.
Espléndida obra de teatro (nota:
8), centrada en el juicio de este pensador, uno de los más
importantes filósofos de todos los tiempos y lugares, básicamente porque nos
induce a reflexionar sobre la democracia, la de entonces y la de ahora, la de
siempre. Reflexión socio-política, muy actual y necesaria, a través de los
argumentos racionales y morales de este filósofo, austero, honesto e
insobornable, que todo lo ponía en duda como medio para hacernos mejores, en un
continuo proceso de revisión de nuestras presuntas certezas, cosa que a muchos
incomoda y desestabiliza (por ignorancia del verdadero saber). Dicen que este
ejemplar demócrata fue la primera víctima de la democracia (una especie de
Cristo crucificado), que ayudó a construir pero a la que denunció por sus
corrupciones. Por todo lo anterior, de imprescindible visionado (y escuchado).
Os la recomiendo.
Y como no podía ser menos,
la sección de sabiduría ajena hoy es un pleno de citas socráticas, para ayudar
a mantenernos en la sempiterna y muy necesaria duda, por incómodo que pudiera
parecer:
- "Sólo sé que no sé nada; y esto
cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo
todo". (Sócrates).
- "Sólo hay un bien: el conocimiento.
Sólo hay un mal: la ignorancia".
(Sócrates).
- "Filosofía es la búsqueda de la verdad
como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su
conducta". (Sócrates).
- "Alcanzarás buena reputación
esforzándote en ser lo que quieres parecer". (Sócrates).
- "Cuatro características corresponden al
juez: escuchar de manera cortés, responder sabiamente, ponderar prudentemente y
decidir imparcialmente".
(Sócrates).
- "La multitud, cuando ejerce su
autoridad, es más cruel que los tiranos de Oriente". (Sócrates).
- "El temor a la muerte, señores, no es
otra cosa que considerarse sabio sin serlo, ya que es creer saber sobre aquello
que no se sabe. Quizá la muerte sea la mayor bendición del ser humano, nadie lo
sabe, y sin embargo todo el mundo la teme como si supiera con absoluta certeza
que es el peor de los males".
(Sócrates).
- "Soy un ciudadano, no de Atenas o
Grecia, sino del mundo".
(Sócrates).
Besos y abrazos,
Don.
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