¡Buenos días!
Está muy nublado, tal vez
llueva esta tarde... y seguro que lo hace, que los chamanes de la meteorología
pronostican que por los madriles lo hará con certeza absoluta (probabilidad del
100%). No sé si deliro, pero parece que bajó algo la temperatura, acercándose
una pizca más a lo que se espera del invierno, obligándose este a ser más él
mismo, dada su pereza casi tropical de este año, sin oprimirnos lo más mínimo
con helada alguna. Bueno, dejo de serpentear con mis desvaríos mañaneros del
inicio de cada matutino, y paso a glosaros el film que vi ayer por la tarde.
Se trató de "El
abrazo de la serpiente", de Ciro Guerra, y con Nilbio Torres,
Jan Bijvoet, Antonio Bolívar, Brionne Davis, y Yauenkü Migue. Este film, uno de
los nominados de este año a mejor de habla no inglesa para los inminentes
premios Óscar, es el primero que veo de este director colombiano.
Un poderoso chamán, último
superviviente de su tribu, ya anciano y con la memoria perdida, que vive
aislado en lo más recóndito de la selva amazónica colombiana, verá alterada su
vacía existencia con la llegada en 1940 de un botánico norteamericano que busca
una rara planta, sagrada para las tribus de la zona, y de muy potentes efectos
alucinógenos. En su viaje de búsqueda irá recuperando sus recuerdos, cuando en
1909 guió por esas mismas selvas, con bastantes reticencias, a un etnólogo
alemán que necesitaba curarse de una grave dolencia con esa misma planta, que
documentó en un diario que ahora sigue el botánico.
No me gustó gran cosa (nota:
4), salvo algunos detalles sueltos, esta historia inspirada en los
cuadernos de viaje de dos científicos reales, rodada en un precioso blanco y
negro y en dos momentos temporales entremezclados, como la misma realidad y las
ensoñaciones, tanto las somnolientas provocadas por Morfeo como las lisérgicas
por los parientes de su alcaloide. Nos habla sobre la barbarie colonizadora que
pervierte todo lo que toca, como a esos buenos salvajes, y a su mítico paraíso
terrenal ya perdido, con todo su conocimiento ancestral asociado. Le vi maneras
de sendas versiones de "La aventura equinoccial de Lope de Aguirre",
la novela de Ramón J. Sender, a saber: "Aguirre, la cólera de Dios"
("Aguirre, der zorn gottes", 1972) de Werner Herzog, y "El
Dorado" (1988) de Carlos Saura.
Ahora algo de sabiduría
ajena que, cual buena medicina para nuestras neuronas, seguro nos ayuda a
librarnos de eventuales opresiones mentales y a navegar con buen tino por entre
las serpenteantes sinuosidades de la difusa frontera entre realidad e ilusión:
- "Hay un único lugar donde ayer y hoy se
encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana". (Eduardo Galeano).
- "La botánica no es una ciencia; es el
arte de insultar a las flores en griego y en latín". (Alphonse Karr).
- "La religión no es otra cosa que la
sombra del universo proyectada sobre la inteligencia humana". (Víctor Hugo).
- "Un sueño que sueñas solo es sólo un
sueño. Un sueño que sueñas con alguien es una realidad". (John Lennon).
- "Todo lo que vemos o parecemos es
solamente un sueño dentro de un sueño".
(Edgar Allan Poe).
- "Advertir la vida mientras se vive,
alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas
que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ése es su
arte". (Doménico Cieri Estrada).
Besos y abrazos,
Don.
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