martes, 9 de febrero de 2016

Caros matutino versus matutino

¡Buenos días!

Mis queridos matutinos, nada enfrentados entre sí, más bien se quieren mucho entre ellos, cual si fueran buenos hermanos, que lo son, paridos todos por mis desbocadas neuronas. Yo tampoco los encaro, que cada cual tiene su propia condición, los dejo volar a su libre albedrío, como asimismo hacen las cada vez más grises nubes que esta misma mañana ya barruntan lluvia vespertina, con suaves temperaturas (máxima prevista de 11ºC), cual si estuviéramos de otoño en este invierno descafeinado, indefinido en su condición, sea cual sea, en una perfecta simbiosis de iguales aunque distintos, y ambos con desvaídos límites.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una bellísima película que os recomiendo encarecidamente: "Carol", de Todd Haynes, y con Cate Blanchett, Rooney Mara, Kyle Chandler, y Sarah Paulson. Basado en una novela con retazos autobiográficos de Patricia Highsmith, es el sexto largo de este director, de quien anteriormente había visto su cuarto, el también exquisito y recomendabilísimo "Lejos del cielo" ("Far from heaven", 2002).

Nueva York, en el comienzo de la década de 1950. Una joven dependienta de unos grandes almacenes, aficionada a la fotografía y que no sabe muy bien qué hacer con su vida, conoce un día a una rica, elegante y sofisticada mujer (Carol), infeliz en su matrimonio y que está en trance de divorcio, que pasa por allí para comprar el regalo de navidad de su hijita. Atracción instantánea de ambas, a la que seguirá la primera cita, y luego una íntima amistad, que devendrá en profundo e intenso enamoramiento mutuo.

Excelente película (nota: 9) este sublime melodrama romántico, cuajado de sutileza, con influencias de los de Douglas Sirk, de cuidadísima fotografía, bellísima, como siempre en este director, también con deliciosa banda sonora, y sobresalientes actuaciones de las dos actrices principales, especialmente para mí de Rooney Mara, una delicia por la que bebo los vientos. Si no le pongo un diez es porque tardó algo en emocionarme, pero cuando me enganchó ya no me soltó.

Historia de un amor como otro cualquiera, pero con las dificultades añadidas de ser lésbico y en una intransigente y opresiva sociedad llena de convencionalismos, lo que lo hace ilícito, prohibido, clandestino. Narrada desde el punto de vista de la más joven, que está empezando a tomar conciencia de su auténtica sexualidad, con cierta introspección, nos retrata este amor insospechado, imprevisto, entre dos mujeres de distinta condición social y edad.

Ahora, en la sección de sabiduría ajena, no va a haber citas, ni amorosas ni extractos del pensamiento de otros, que aquí me viene como anillo al dedo la famosísima canción de Mecano, de 1986, "Mujer contra mujer" (si queréis oírla, pinchad en el hipervínculo):

"Nada tienen de especial
dos mujeres que se dan la mano
el matiz viene después
cuando lo hacen por debajo del mantel

Luego a solas,
sin nada que perder
tras las manos
va el resto de la piel

Un amor por ocultar,
aunque en cueros no hay donde esconderlo
lo disfrazan de amistad
cuando sale a pasear por la ciudad

Una opina que aquello no está bien
la otra opina que qué se le va a hacer?
Y lo que opinen los demás está de más

Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras del suelo?,
mujer contra mujer

No estoy yo por la labor
de tirarles la primera piedra,
si equivoco la ocasión
y las hallo labio a labio en el salón.

Ni siquiera me atrevería a toser,
si no gusto,
ya sé lo que hay que hacer
Y con mis piedras hacen ellas su pared

Quien detiene palomas al vuelo,
volando a ras del suelo?,
mujer contra mujer

Una opina que aquello no está bien
la otra opina que qué se le va a hacer?
Y lo que opinen los demás está de más

Quien detiene palomas al vuelo,
volando a ras del suelo?,
mujer contra mujer

Quien detiene palomas al vuelo,
volando a ras del suelo?,
mujer contra mujer".  (José María Cano).

Besos y abrazos,

Don.
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