lunes, 11 de enero de 2016

Amoroso matutino de sol a sol

¡Buenos días!

No es que haya estado toda una jornada currándome este matutino, en los que desde luego trato de poner toda mi pasión, ni tampoco es que haya visto rayo de sol alguno hasta ahora desde este fin de semana muy nuboso y lluvioso, pero los habrá en esta mañana muy otoñal en pleno invierno, con máxima prevista de 10ºC, pues se espera que se abran claros ya antes del mediodía. Así que difícil cualquier sofocón o insolación, que todavía queda lejos el verano, pero con estos pocos rayitos que se van colando entre las nubes ya vamos sintiendo de nuevo unas inmensas ganas de disfrutar buenamente y sin cortapisas de todo lo que nos rodea.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo "Insolación", adaptación de Pedro Villora de la novela homónima (1889) de Emilia Pardo Bazán, dirigida por Luis Luque, e interpretada por María Adánez, José Manuel Poga, Pepa Rus, y Chema León. Hace treinta años había visto otra adaptación de una novela de esta escritora adelantada a su tiempo. Se trató de "Los pazos de Ulloa", a través de la excelente serie televisiva emitida en 1985 y que vi por entonces.

Durante un tórrido verano en el Madrid de finales del s.XIX, una mujer de la nobleza, de intachable reputación y madre de una hija, viuda desde hace dos años, conoce a un apuesto joven de verbo seductor y maneras donjuanescas, algo calavera, que intenta conquistarla a toda costa, pero ella, aunque intenta alejarse de él a pesar de sus más íntimos deseos, por eso de las habladurías, acabará enamorándose (y viceversa) y dejándose arrastrar a una aventura amorosa, sin importarle ya el que dirán.

Muy buena obra de teatro (nota: 7) esta comedia, adaptación de la novela con tintes autobiográficos, que escandalizó en su día a la encorsetada sociedad de la época por su manera desprejuiciada de describir el deseo de una mujer hacia un hombre, sociedad que medía con distinto rasero iguales comportamientos según el sexo de que se tratase. Se denuncia la triste situación de las mujeres de esa época, ninguneadas, educadas para ser un mero adorno social, un simple apéndice de sus hombres (padres o maridos); también se critica el decir de boquilla de vacuos galanes cortejando mujeres o el de presuntos liberales que luego pensaban, o decían por detrás, lo contrario... la hipocresía de toda la vida, vamos.

Además, el título hace referencia a como el clima afecta a nuestro comportamiento, como ese sol desmedido que desata pasiones, sobredosis solar como paralelismo de los sofocos amorosos causados por un ardoroso pretendiente cuyos persistentes requiebros logran traspasar la gris capa nubosa de una aburrida mujer, presa de los convencionalismos sociales, y le terminan por dar la vida, la alegría de vivir.

Ahora algo de sabiduría ajena, espero que buen bálsamo que sane nuestros sofocos y quemaduras vitales:

 - "La educación de la mujer no puede llamarse tal educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión".  (Emilia Pardo Bazán).

 - "Le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda; porque la buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo; que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas y libertades públicas que las maldades secretas".  (Miguel de Cervantes).

 - "Salga el sol por Antequera, y póngase por donde quiera".  (Refrán).

 - "El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia".  (William Shakespeare).

 - "Amar y ser amado es sentir el sol por ambos lados".  (David Viscott).

Besos y abrazos,

Don.
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