jueves, 14 de enero de 2016

Matutino en tierra extraña

¡Buenos días!

Da igual donde vayan, que yo siempre me los encuentro en el momento oportuno, y con ellos viajo durante un rato en una especie de reencuentro conmigo mismo para saber mejor quien soy. Esta mañana se ha vuelto a poner muy gris, y tal vez llueva en breve; parece que el invierno quisiera retornar al otoño, pero no, sigue siendo el mismo, pues las temperaturas, sin ser gélidas, son lo suficientemente desapacibles como para hacernos sentir que es el que es.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Eisenstein en Guanajuato" ("Eisenstein in Guanajuato"), de Peter Greenaway, y con Elmer Bäck y Luis Alberti. De este veterano director y guionista británico, cuyos films tienen un particular estilo visual bastante barroco y abigarrado, y cierta desmesura en el contenido, tan sólo había visto uno de sus anteriores, "El contrato del dibujante" ("The draughtsman's contract", 1982).

El maestro del cine soviético, Sergei Eisenstein, aclamado por su película "El acorazado Potemkin" (1925), viaja en 1931 a Guanajuato (México), tras su paso por Hollywood donde su proyecto fue rechazado por los magnates de la industria, para rodar su próximo film, que terminará inacabado tras un año de estancia allí, pues con la ayuda de su cicerone local descubrirá un nuevo mundo, a Eros y a Tanatos, y a su propio yo, saliendo del armario como consecuencia, y dispersándose en demasía de sus quehaceres profesionales.

No me gustó (nota: 2) esta muy libre mirada a esa fase de la vida del cineasta soviético, nada saqué en claro, no le vi el sentido, pues las más de las veces me pareció una paja mental, una pasada de rosca, una procaz provocación, no de mi agrado. Eso sí, tuvo algunos interesantes hallazgos visuales, pues entre tanta densidad vanguardista, o eso se pretendía, siempre algo habrá que poder sacar en claro, pero en este caso sólo del formato, que el contenido fue todo un desbarro para mí.

Bueno, ahora algo de sabiduría ajena que nos ayude a sentirnos como en casa y a encontrarnos a nosotros mismos:

 - "El que se pierde es el que encuentra las nuevas sendas".  (Nils Kjaer).

 - "El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro".  (Boris Pasternak).

 - "Te conocerás a ti mismo en cuanto empieces a descubrir en ti defectos que los demás no te han descubierto".  (Friedrich Hebbel).

 - "Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da".  (Miguel de Unamuno).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: