¡Buenos días!
Me descubro ante los
matutinos, eso siempre, por su grandeza, pero no va por ahí el título de hoy;
ni tampoco ellos me dejan a la intemperie, que siempre estoy y me siento bien
acogido por aquí pues velamos mutuamente por nuestro bienestar -físico, mental
y emocional-, lejos de cualquiera que tenga intención de perturbarlo y de
cualquier canto de sirena financiero, con lo que es imposible que nuestros
saldos queden en déficit, a lo más, si acaso, quedan al descubierto nuestras
emociones, jamás en descubierto. Estos últimos días de descafeinado invierno
nos han regalado suavísimas temperaturas, con máximas que pasan de los 15ºC y
mínimas lejos de la helada, así, aunque quedemos al raso y sin techo que nos
cobije, no nos ateriremos... cosas de la beneficencia climática... quería decir
benevolencia, enorme.
Este fin de semana estuve en
el cine viendo una sobresaliente película que desde ya os recomiendo que vayáis
a ver, imprescindible. Se trató de "La gran apuesta"
("The big short"), de Adam McKay, y con Christian Bale, Steve Carell,
Ryan Gosling, y Brad Pitt, entre muchos otros más, que es un film bastante
coral. Es el primero que veo de los de este director, y es una adaptación del
libro homónimo de Michael Lewis.
Año 2007. Cuatro analistas
financieros, que no estaban en los lugares donde se deciden las finanzas
mundiales, tipos marginales, desquiciados, y a los que nadie escucha, a pesar
de su gran saber matemático y económico, descubren que los grandes bancos, los
gobiernos, los organismos reguladores, y demás prebostes económicos se niegan a
admitir, o no quieren o no saben ver, lo que para ellos es obvio, que la
economía mundial va a colapsar por culpa del pinchazo de la burbuja
inmobiliaria global. Así que ven el filón y se arriesgan a invertir, ante la
estupefacta incredulidad de casi todos, apostando a que la economía entrará en
crisis total (lo hizo en 2008), y sacando grandes réditos de ello, mientras la mayoría
se arruina.
Una sobresaliente película
que os recomiendo (nota: 9), repito, tanto por la forma
como por el fondo, esta mordaz tragicomedia, muy real, y muy, muy divertida,
con la que me reí mucho. Tragedia por lo que cuenta, y comedia por cómo lo cuenta.
Se nos muestran los desconocidos y malolientes recovecos de las altas finanzas
y se reflexiona sobre la quiebra del sector inmobiliario y sus derivados de
inversión, que originaron la crisis económica actual. Con toques de documental
ficcionado, la mar de didácticos y divertidos, se nos explican a los legos los
enrevesados conceptos de artificiosas finanzas que nos llevaron hasta donde
ahora estamos, debido tanto a la estupidez, inconsciencia, avaricia, o un poco
de todo junto, de los importantes actores implicados, la mayoría aún de rositas
o incluso más ricos que antes (mientras la plebe es más mísera), todo con mucha
sorna y un enfoque tan alocado como sus personajes.
Como complemento a esta
película, os recomiendo, así a bote pronto, otras cuatro más, dos documentales
y dos de ficción, para complementar la poliédrica visión de lo que nos ha
pasado: "Capitalismo, una historia de amor" ("Capitalism:
a love story", 2009), "Inside job" (2010) de Charles Ferguson, "The company men" (2010) de John Wells, y "Margin call" (2011) de J. C. Chandor.
Bueno, ahí os dejo al
descubierto unas citas de sabiduría ajena, comenzando con la que da inicio al
film glosado hoy:
- "Lo que nos mete en problemas no es lo
que no sabemos, sino lo que sabemos con certeza y no es tal". (Mark Twain).
- "Se puede andar con una pistola
cargada, se puede andar con una pistola descargada; pero no se puede andar con
una pistola que no se sabe si está cargada o descargada". (Mark Twain).
- "Nunca hagas apuestas. Si sabes que has
de ganar, eres un tramposo; y si no lo sabes, eres un tonto". (Confucio).
Besos y abrazos,
Don.
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