martes, 17 de marzo de 2015

Este matutino no es negociable

¡Buenos días!

Porque no son negocio, negación del ocio, sino todo lo contrario, tiempo libre del que disfruto; y sobre todo porque no comercio con su valor, que son para mi uso y disfrute, y el de aquellos que quieran pasarse por aquí a echar un rato; ni tampoco trato de pactar nada a cambio de ellos, se toman o se dejan, como las lentejas. El que desde luego no parece avenirse a lo que se le viene encima, y se enfurruña tontamente en lo que no puede ser, es este invierno mortecino pero rebelde a base de frescor y viento desapacible, y lluvias además a partir de mañana, al que le quedan tres días para su pacto equinoccial con la primavera, quiera o no. Las cosas como son.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Negociador", de Borja Cobeaga, y con Ramón Barea, Josean Bengoetxea, Carlos Areces, Melina Matthews, Jons Pappila, María Cruickshank, Óscar Ladoire, Raúl Arévalo, Secun de la Rosa, Alejandro Tejería, Santi Ugalde, y Gorka Aguinagalde. Tercer largo como director de este también guionista, tras "No controles" (2010), y la muy divertida "Pagafantas" (2009). Además es el coguionista del megataquillazo "Ocho apellidos vascos" (2014) de Emilio Martínez Lázaro. Y en ambas facetas, director y guionista, ha participado en míticos programas televisivos de humorísticos sketches, como "Vaya semanita", "Splunge" y demás.

En 2005 un político vasco va a ejercer de interlocutor del gobierno español en unas negociaciones secretas con ETA. Enseguida se verá que el acto conciliador estará lejos de toda formalidad, y que las casualidades y malentendidos marcarán las conversaciones. Todo será de muy de andar por casa, y las buenas relaciones personales que se van fraguando entre ambos negociadores, sobre todo al calor de unas copas en el bar (in vino veritas), se manifestarán como esenciales para el buen fin del conflicto.

Una buena película (nota: 6) esta tragicomedia de poco reír, y que cuando lo haces te deja a media mueca, con cierto poso de helada amargura. Como reza en sus títulos de crédito finales, es una ficción basada en hechos reales, donde se fabula con qué pudo haber pasado en esas conversaciones (fallidas al final), con toques casi surrealistas, sobre los absurdos infinitos de ese conflicto vasco (por decirlo finamente, cual donostiarra señorita pija, y sin asperezas), con un punto de vista que realza la solemne ridiculez de la mayoría de sus planteamientos, y cierto grado de patetismo de unas disputas por un quítame allá esas pajas, todo con soterrada sorna y mucha retranca.

Ahora algo de sabiduría ajena, que a lo mejor nos ayuda a mejor conciliarnos con nuestro derredor:

 - "El carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando".  (Pío Baroja).

 - "No negociemos con miedo, pero tampoco tengamos miedo a negociar".  (John F. Kennedy).

 - "Gobernar es pactar; pactar no es ceder".  (Gustave Le Bon).

 - "Se equivoca profundamente quien crea que establece mejor la más duradera autoridad por la fuerza que por un pacto amistoso".  (Terencio).

Besos y abrazos,

Don.
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