martes, 3 de marzo de 2015

Matutinos a la fuerza, no sé si mayor o menor

¡Buenos días!

No me doy por "alud ido", pero a pesar de que parecen impelerme a hacerlo por obligación, sin embargo lo hago con sumo gusto y placer, sin irracionales impulsos, meditando y reflexionando lo que sea menester, dejándome llevar por sus avalanchas de variadas sensaciones. Y estos días remedo de la primavera en pleno invierno, que hoy de nuevo tendremos una máxima de 19ºC por los madriles, parece que éste no puede resistir el irrefrenable impulso natural de la primavera por llegar, cual tumultuoso torrente que agitará nuestras vidas otro año más, y se deja llevar cual pelele hacia el inevitable solsticio cada vez más cercano.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Fuerza mayor" ("Force majeure"), de Ruben Östlund, y con Johannes Kuhnke y Lisa Loven Kongsli. Es el primer largo que veo de este director sueco.

Una familia sueca de alto standing, prototípica, matrimonio y dos hijos, niño y niña, comienza sus cinco días de vacaciones de invierno en una lujosa estación de esquí en los Alpes franceses. Todo es perfecto, pistas impecables, luce el sol; pero el segundo día, mientras comen en la terraza al aire libre de un restaurante, se produce en la ladera de enfrente una avalancha de nieve. Al principio todos se alegran y sorprenden por el apabullante espectáculo, sacan fotos, pero poco a poco el alud avanza y no parece detenerse. Ante el inminente impacto todo el mundo entra en pánico, la mujer trata de socorrer a sus hijos, reclama la ayuda del marido, pero éste ya ha huido atropelladamente del lugar cogiendo sus guantes y móvil última generación de la mesa. Pero el torrente de nieve se detiene a pocos metros de ahí y sólo deja una nube de níveo polvo. Vuelve a salir el sol. Los clientes que huyeron regresan poco a poco. El marido también, se sienta a la mesa con su familia, que sale de debajo de ella, como si tal cosa, que nada ha pasado. Al regresar al hotel la mujer le pide cuenta de sus actos al marido, quien no reconoce haberlos abandonado a su suerte, no asume los hechos. Ese incidente será el detonante del proceso de desmoronamiento de la familia durante el resto de su estancia allí.

Una estupenda película (nota: 8) este muy reflexivo drama, acerado y con irónicas gotas de humor amargo, que deja sensaciones de agobio e intranquilidad al verlo, una especie de ensayo sobre el miedo y los irracionales e instintivos actos a los que éste nos obliga, y de los que normalmente no somos conscientemente responsables. Análisis sobre ese miedo cerval que a todos nos puede atenazar en ciertas ocasiones, las de extremo peligro (real o imaginado, qué más da)... y quien esté libre de pecado... y obliga a actuar de modo que luego uno puede arrepentirse, cosas de la fuerza mayor. En cierto modo parece cuestionar también los tradicionales roles sexuales en la pareja, con el presunto macho protector y demás.

Me encantó la escena de las confidencias de alcoba de la pareja de amigos a quienes los protagonistas (la esposa) cuenta sin tapujos el incidente origen de su crisis marital durante una cena en su apartamento. Confesión que también hace tambalear, de rebote, sembrando similares dudas en la relación de pareja de los amigos, sin haber vivido la traumática experiencia. Divertidísima escena, pero de mueca amarga, con muchas cargas de profundidad que dan mucho que pensar, como el resto del film, relativamente taciturno, donde los silencios hablan más que las bocas, que normalmente lo hacen a borbotones por culpa del alcohol. Deja un montón de preguntas en el aire, para reflexionar sobre la sutil complejidad de las relaciones humanas y sus miserias. Si no os tira para atrás este tipo de films, os lo recomiendo, que os conoceréis mejor a vosotros mismos.

Ahora, de sumo buen grado, ahí os dejo una racioncita de sabiduría ajena para tratar de mejor conocernos y perder ciertos miedos:

 - "Quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza".  (Benjamín Johnson).

 - "La fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte".  (Epicteto de Frigia).

 - "El miedo del peligro es diez mil veces más terrorífico que el peligro mismo".  (Daniel Defoe).

 - "Cuanto menor es el miedo, tanto menor es el peligro".  (Tito Livio).

 - "El miedo puede llevar a los hombres a cualquier extremo".  (George Bernard Shaw).

 - "Nunca se teme bastante al confiar en otro".  (Pietro Metastasio).

 - "El miedo es mal maestro para dar lecciones de virtud".  (Plinio el Joven).

 - "Nuestras virtudes y nuestros defectos son inseparables, como la fuerza y la materia. Cuando se separan, el hombre no existe".  (Nikola Tesla).

Besos y abrazos,

Don.
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