¡Buenos
días!
Ni
malo ni bueno, que en realidad tienen acusada tendencia a la prosa, no sé si
buena o mala, aunque alguna vez, en las citas de sabiduría ajena, incluya algún
fragmento de poesía, desde luego excelente. Es más, tampoco son muy inexpertos,
que ya llevan conmigo unos 15 años, acumulando ambos, a manos llenas, la
suficiente experiencia vital como para no dejarnos defraudar por casi nada ni
casi nadie. Tras las recientes lluvias de pasados días, este invierno se empeña
en no defraudarnos con sus fríos, tampoco una cosa desmedida, pero que nos
hacen ponernos a buen recaudo ante futuras y eventuales desmesuras suyas.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "El lobo de Wall Street"
("The woolf of Wall Street"), de Martin Scorsese, y con Leonardo di
Caprio. Está basado en el libro de memorias del personaje retratado. De este
veterano director he visto casi todos sus largos de ficción, y en concreto
todos los de este siglo XXI, a saber, "La invención de Hugo"
("Hugo", 2011),
"Shutter island" (2010),
"Infiltrados" ("The departed", 2006),
"El aviador" ("The aviator", 2004),
y "Gangs of New York" (2002), que no me gustó casi nada. Mis dos
preferidas, entre otras maravillas suyas, fueron "La edad de la
inocencia" ("The age of innocence", 1993) y "Uno de los
nuestros" ("Goodfellas", 1990).
Un
joven veinteañero llega a Nueva York y es contratado por una gran entidad
financiera. Su primer jefe le instruye en las peores artes del oficio. Poco
tiempo después, justo el día en que consigue el título oficial de corredor de
bolsa, se desploma la bolsa de Nueva York el 19 de octubre de 1987 y es
despedido y queda arruinado. Vuelve a empezar de cero, a vender desde un
destartalado garaje, junto a un grupo de amigos, pequeñas participaciones de
empresas sin futuro (bonos basura) a gente pobre, en los que despierta sus
ansias de riqueza a través de engaños, mientras él se embolsa unos inmensos
rendimientos en comisiones (del 50%) que le hacen inmensamente rico en un
tiempo record, moviéndose entre los resquicios legales e ignorando totalmente
hasta el más leve escrúpulo ético. Esto despierta el recelo de las autoridades,
que empiezan a investigarle. Mientras tanto se entregará al más desaforado
hedonismo, literalmente nadando en dinero, que gasta a espuertas en drogas,
mujeres y todo tipo de extravagantes lujos, la mar de horteras casi todos
ellos.
Hacía
tiempo que no me gustaba de tal modo una película de Scorsese. Desde luego, con
ninguna de las anteriores de este siglo había sido así. Por tanto os la
recomiendo, id a verla, que es sobresaliente. Aunque no lo parezca, se parece
bastante a sus más icónicos films sobre mafiosos, pues nos relata la historia
de este gángster de los de hoy en día, de esos que nos despluman, no
precisamente con los triles, pero casi, sino desde la virtualidad de la
especulación financiera. Nos relata las aventuras, la ascensión y caída de este
forajido financiero de guante blanco, y sin embargo fascinante y carismático,
un excelentísimo vendedor de humo totalmente entregado a todo tipo de
orgiásticos excesos. A través de este espejo de exceso y desmesura vemos
retratada nuestra sociedad y economía.
Film
trepidante, irreverente, cínico, y de mucho humor, humor negro, sobre la
vorágine de deseo de riqueza y consumismo que se apodera de vez en cuando
(demasiado a menudo) de nuestras sociedades y del que se aprovechan unos
nihilistas sin miramientos para enriquecerse a costa de los demás,
"pringaos" cegados por el oropel (o el oro en papel), por la ilusión
monetaria, y que terminan por arrastrarnos al resto, sin haberlo comido ni bebido.
Insisto, excelente, y con dos magníficas escenas que destacaría, y que me
hicieron reír mucho y a conciencia: una al principio, cuando su primer jefe le
instruye en las peores praxis laborales; y la otra hacia el final, cuando
henchido de drogas trata de llegar, arrastrándose literalmente, hasta su casa
para tratar de evitar lo inevitable. No os la perdáis.
Ahora
algo de sabiduría ajena, una buena inversión de cara a posibles fraudes:
- "El hombre es un lobo para el
hombre". (Plauto).
- "«Paso de buey y diente de lobo». Para
triunfar no hace falta tanto; basta con paso de buey". (José Camón Aznar).
- "Para triunfar en la lucha por la vida
el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de
piedra". (Máximo Gorki).
- "El no ser codicioso es ser rico, y el
no tener la manía de comprar es una renta". (Cicerón).
- "Los ricos que no saben emplear sus
riquezas son de una pobreza incurable, porque es pobreza de
espíritu". (Jenofonte).
- "Los hombres no tienen más que dos
frenos: la vergüenza y la horca".
(Ugo Foscolo).
- "Los que creen que con el dinero se
puede hacer cualquier cosa son los que indudablemente están dispuestos a hacer
cualquier cosa por el dinero".
(Voltaire).
Besos
y abrazos,
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