martes, 7 de enero de 2014

Matutino amoratado

¡Buenos días!

Atado a mis bien amados matutinos me encuentro cada vez que entro en ellos, y de los que difícil veo salir cuando debe llegar el momento, que hay que bajar a la realidad, aunque sea a ratos. Por lo demás, estos días de invierno dejan lívida nuestra piel con sus fríos, y las cárdenas y peladas ramas arbóreas apuntan a los cielos grises, tiritando al viento, tratando de arañar el manto nuboso para dejar salir de cuando en cuando, entre breves claros, la vivificante luz del sol.

Este pasado fin de semana, real y mágico, estuve en el cine viendo "Love and bruises", de Lou Ye, y con Corinne Yam y Tahar Rahim. Es el primer film que veo de este director chino afincado en Francia.

Una joven profesora universitaria china abandona Pekín y se instala en París para estudiar. Allí es abandonada por su amante francés. Desolada, ensimismada, deambula desorientada por las calles parisinas. De repente, es golpeada accidentalmente en la cabeza por las tuberías que transporta un obrero. Se interesa por su estado, la invita a salir y poseído por una desmedida ansia sexual por ella, la veja, pero inician ambos una relación marcada por un muy visceral apego sexual y enfermiza dependencia mutua, tratándola él como a una perra.

Una historia de amor arrastrado, perro, como de tango, que no me gustó gran cosa, y me hizo sentir incomodidad al verla en bastantes momentos, y no precisamente por las escenas de fuerte carga sexual, sino por su enfoque en general, y en concreto por ese punto de vista sobre el amor como algo destructivo, más bien autodestructivo, una especie de malsana droga de la que es imposible desintoxicarse, para ambos, aunque especialmente para ella, una mujer que vaga sin rumbo por la vida afectiva, de amante en amante, y que acaba por quedarse con la mera pulsión sexual, que entra desde el bajo vientre y le toca el corazón, de un tipo rudo y básico, totalmente ajeno a ella, pero de la que no puede desprenderse, condicionando toda su vida.

Ahora algo de sabiduría ajena que seguro nos restaña alguna que otra contusión amorosa:

- "Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos".  (Buda).

- "La aflicción, como el herrero, nos forja a golpes".  (Christian N. Bovee).

- "Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana ...".  (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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