lunes, 8 de julio de 2013

Matutinos de la medianoche

¡Buenos días!

Estos hijos míos, que cuidan de mí como buenos padres cada mañana que los lanzo al mundo, y que son concebidos muchas veces al borde de la medianoche, no cesan de darme inmensas y continuas alegrías, ojos de mis ojos, a través de los cuales tamizo todo lo que me rodea, tal vez, y a veces, dándole un barniz algo mágico, aunque siempre real. Y es en estos días de tórrido verano, con máximas tratando de coquetear con los 40ºC, cuando más busco las mediasnoches, con el fin de que se refrigeren mis neuronas del agobio térmico y funcionen correctamente a la hora de pergeñar estos matutinos, retoños míos, que aunque no sangre de mi sangre, sí alma de mi alma.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Hijos de la medianoche" ("Midnight's children"), de Deepa Mehta, y con un montón de desconocidos (para mí) actores y actrices indios, algunas de ellas de arrobadora hermosura. Está basada en la novela homónima de Salman Rushdie, también autor del guión. De esta directora india emigrada a Canadá había visto hasta ahora dos de sus anteriores films: "Cielo" ("Heaven on earth" - "Videsh", 2008), y "Agua" ("Water", 2005), un film que me cautivó.

En la medianoche del 14 al 15 de agosto de 1947, justo cuando se declara la independencia de la colonia británica india (India+Pakistán+Bangladesh) nacen en Bombay dos niños en el mismo momento y en el mismo hospital, uno de una muy acomodada familia musulmana y el otro un ilegítimo de una pareja de parias hindúes. La cristiana comadrona del hospital los intercambia en secreto, ejecutando sin pensarlo un acto revolucionario inducido por su amado, y que alterará el destino de ambos niños. La historia que nos cuenta, narrada por uno de ellos, Saleem, que podría ser el álter ego de Salman Rushdie, quien pone la voz narradora en el film (en versión original), transcurre desde 30 años justo antes de su nacimiento hasta 30 años después, con el trasfondo de la muy convulsa historia de la India moderna.

Una buena película en general, sin alharacas, un melodrama familiar algo largo y con algunos momentos sueltos, especialmente al principio, de una grandísima belleza, que nos habla de 60 años de la historia de la India durante su transición de colonia británica hasta su independencia y segmentación en varios países por cuestiones religiosas, mediante pavorosas guerras civiles, a través de la metáfora, cuajada de realismo mágico, de la saga del protagonista.

Ahora algo de sabiduría ajena que seguro aporta algo de luz a nuestras mentes, comenzando por tres del novelista, narrador y guionista, y una de la directora del film glosado hoy:

- "Crecí besando libros y pan. Desde que besé a una mujer, mis actividades con el pan y los libros perdieron interés".  (Salman Rushdie).

- "Verdad es lo que la mayoría ve como verdad, pero la mayoría también puede cambiar de opinión a lo largo de la historia".  (Salman Rushdie).

 - "Todas las ideas, incluso las sagradas, deben adaptarse a nuevas realidades".  (Salman Rushdie).

- "La religión puede ser un impedimento si es fundamentalista, cuando se convierte en lo único de la vida de los creyentes que no se dejan guiar por su cabeza [...] Hay tantos problemas en el mundo: educación, pobreza, igualdad entre hombres y mujeres, agua corriente, ... que lo último que necesitamos es ponernos a discutir sobre creencias".  (Deepa Mehta).

- "Lo que no ha pasado a mediodía puede pasar por la noche".  (César Borgia).

- "Puede decirse que el grito de la historia nace con nosotros y que es uno de nuestros dones más importantes. En cierto sentido somos históricos todos los hombres".  (Thomas Carlyle).

- "El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos".  (William Shakespeare).

- "No eres de donde naces, sino de donde paces".  (refrán).

- "No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos".  (Friedrich von Schiller).

Besos y abrazos,

Don.
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